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CRIMEN DE GUERRA
Publicado por JulenMunitis en 07/02/2014 en BOMBARDEO DE GUERNICA
Etiquetas: bombardeo de Gernika
REFUGIOS DE GERNIKA, 26 de abril de 1937
«Refugios de Gernika, 26 de abril de 1937» por Julen Munitis se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Nota del autor: TRABAJO EN CONTINUA CONSTRUCCION
Aclaración: En este trabajo, insertados en el relato normal, se incluyen citas, testimonios. Para facilitar su comprensión distingo con un símbolo las citas de los testimonios y para lograr una lectura más fluía llevó las referencias de ambos al final del trabajo como NOTAS.
© Cita …
Ϯ Testimonio …
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A.- ANTECEDENTES:
Ya desde el principio del conflicto las autoridades locales tomaron conciencia de la necesidad de buscar medidas de protección para la población civil. El temprano bombardeo de Otxandio el día 22 de julio de 1936, pocos días después del alzamiento produjo 66 víctimas y los posteriores bombardeos de Bilbao los días 8 y 27 de agosto y 25 de septiembre de 1936 fueron el detonante para activar la construcción de refugios siguiendo las instrucciones de José Echevarria Novoa, gobernador civil y presidente de la Junta de Defensa de Vizcaya. Esta Junta había sido constituida el 12 de agosto de 1936 en un acto celebrado en la Casa de Juntas de Gernika.
Una vez constituido el Gobierno Vasco a partir del 7 de octubre, su departamento de defensa en manos del Lehendakari Aguírre, impartió ordenes para reactivar el capítulo de la defensa civil, entre ellas las relativas a la habilitación de refugios ante raids aéreos.
Durango el día 31 de marzo de 1937, día en que se produjeron los dos luctuosos bombardeos, ya tenia habilitados refugios, aunque …
© “de manera provisional y sin gran preparación, dado que consistían en sótanos y bajeras con las entradas protegidas por sacos terreros y en otros casos ademas de dichos sacos se habían utilizado apeas para reforzar los techos.” [1]
El Ayuntamiento de Gernika también estuvo diligente en la labor y aprobó, a instancias del Gobierno Vasco un acuerdo para la construcción de refugios en el Paseo de la Unión conocido popularmente como el “Paseleku”, y bajo sus “arkupes” se excavaron cuatro galerías en forma de túnel. Las características de este refugio las veremos cuando detallemos cada uno de ellos.
También en este periodo, no sabemos si a instancias del Gobierno Vasco o por propia iniciativa, se construyeron los refugios que llamamos “de las fábricas”, y tanto “Unceta y Cía” como “Talleres de Guernica S.A.” tenían sus propios refugios de hormigón, uno de los cuales sigue intacto en la actualidad.
A raíz del bombardeo de Durango el 31 de marzo, se ve la necesidad de habilitar más refugios y Castor Uriarte, arquitecto municipal, recibe del alcalde de Gernika José Labauria, la orden de construir con urgencia más refugios para proteger a la población en caso de repetirse un raid aéreo como el de Durango.
Castor nos dice que desconocía si la orden provenía del Gobierno Vasco o si se trataba de una iniciativa del propio alcalde y éste no lo aclara en sus testimonios, aunque debemos suponer que así pudo ser en vista de la preocupación que las muertes de Durango provocaron en los estamentos oficiales. La única indicación que incluía el mandato es que fueran “en número suficiente para proteger a todos los gernikeses”, los criterios de ubicación y características quedaban a criterio del propio arquitecto.
Asi los relata Castor Uriarte:
© “Es totalmente falso que los refugios de Guernica se construyeran por iniciativa individual, sino por orden del alcalde de Guernica José de Labauria, quien me ordeno que construyera los refugios que creyera necesarios para albergar al vecindario de la villa y en los puntos que creyera mas indicados. No puedo asegurar si la orden obedecía a un acuerdo municipal o a una indicación del Gobierno Vasco, pero insisto en que la orden la recibí del amigo Labauria.” [2]
Llegados a este punto se nos plantean unos interrogantes:
* ¿Contacto Castor con alguna otra persona o entidad (mando militar, Gobierno Vasco, etc.) para definir las características precisas que debían tener estos refugios?.
* ¿Se habían habilitado/construido refugios para la población civil con anterioridad en el transcurso de la contienda? y, ¿que características tenían?
Xabier Irujo nos aclara:
© “José Labauria encargó a Castor Uriarte, arquitecto municipal, la construcción de los refugios municipales de Gernika de acuerdo con las disposiciones que en esta materia había hecho públicas el gobierno vasco, tras el bombardeo de Durango.” [3] [el subrayado es mío]
En “Memoria Colectiva del bombardeo de Gernika se cita que, según la referencia de una persona, fue el arquitecto D. Manuél Cabañas el encargado de diseñar los refugios (pág. 83), pero de ello no hay ninguna otra referencia.
De estas palabras se desprende que el Gobierno Vasco transmitió al alcalde unas disposiciones con respecto a las características que estos refugios debían tener, aunque desgraciadamente Irujo no da una pista sobre estas disposiciones. El Gobierno vasco actuó con diligencia en otros casos para proteger a la población civil como la temprana evacuación de niños al extranjero y parece probable que la indicación al Ayuntamiento para que procediese con celeridad a habilitarlos pudo ir acompañada de indicaciones sobre sus características. Yo creó que estas indicaciones recogerían las características que valieron para construir defensas y parapetos en el frente y vendrían dadas por los pocos militares republicanos y leales que asesoraban al Gobierno Vasco en esta materia. Hemos visto varias construcciones defensivas en el frente y algún refugio en Bilbao que difieren bien poco de los refugios que se construyeron en Gernika con troncos y sacos terreros.

Ante el segundo interrogante también nos vemos obligados a entrar en el terreno de las suposiciones fundadas pero, en este caso, sabemos que los de Gernika no eran los primeros refugios que se habilitaban o construían ya que tenemos constancia de que Durango contaba con ellos, como hemos visto antes, el 31 de marzo, un mes escaso antes del bombardeo de Gernika. Estos refugios de Durango se habilitaron en los sótanos de edificios de sólida construcción (paredes con piedra de sillería) y estaban en construcción refugios de hormigón. No sabemos de ningún refugio al aire libre, con troncos, planchas y sacos que se pudiera haber construido.
© “Estos refugios, según testimonio de diferentes testigos, se hallaban habilitados en la Torre de Santa Ana, en la fábrica de Baque, en Barrenkalea 28, en la cárcava existente entre la casa del Juego de Bolos y la del Café Lapiko, en el edificio de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao que a la sazón se encontraba en construcción y poseía únicamente la estructura de hormigón, resistente a juicio de los técnicos, así como me consta otro refugio en San Agustín frente al Hospital. También se habían habilitado como refugios sótanos de casas particulares así como bajeras que se se suponía cumplían las mínimas condiciones como fue en el caso del habilitado en la planta baja del Batzoki.” [4]
Al respecto Jesús Salas Larrazábal, general del Ejercito del aire, en su libro “Guernica”, nos dice lo siguiente:
© “Una demostración palpable de lo apacible que había sido la guerra aérea en Vizcaya hasta el 31 de marzo de 1937 es que no hubiera en esa fecha refugios antiaéreos en Durango, nudo de comunicaciones fundamental y jefatura de uno de los sectores clave en la defensa, cuando el inicio de la ofensiva de las brigadas navarras estaba casi cantado.” [5]
© “El número de víctimas fue desproporcionadamente alto, por falta de previsión e inconsciencia, defectos comunes a los pueblos hispánicos, sin que los vascos fueran, en este caso, excepción.” (5)
© “A los ocho meses y medio de guerra aún no se habían construido refugios antiaéreos, a pesar de que la prensa de Bilbao daba cumplida cuenta de continuos bombardeos, por ambas aviaciones, a todo lo largo y ancho de la geografía peninsular. En Vizcaya actuaban como si creyesen el «slogan» «la guerra en Euskadi es diferente. Esto explica, en parte, el alto número de víctimas que se produjo en Durango.” [6]
En resumen, la guerra había sido benigna en el frente vasco en cuanto a actividad aérea se refiere y, por otra parte, es posible que se confiara en que llegaran a buen termino los conversaciones e paz separada entre las golpistas de Burgos y Salamanca con las autoridades del Gobierno Vasco, a través de los padres Onaindía y Pereda, el cardenal Gomá, el nuncio en París y por gestión directa del cardenal secretario de Estado del Vaticano. (Buscar más fuentes para cotejar info.)
Luis Iriondo nos cuenta al respecto:
Ϯ “Se tuvieron noticias del bombardeo de algunas poblaciones cercanas, especialmente de Durango, que está a 20 kilómetros y se tomaron más en serio la construcción de los refugios.”
B.- CUANTOS REFUGIOS SE CONSTRUYERON Y DONDE
Castor Uriarte toma la orden muy a pecho y en el exiguo periodo de 26 días que median entre el 31 de marzo y el 26 de abril, estudia características y ubicación y habilita 12 refugios de los que algunos (seis en concreto) están sin rematar, cinco de ellos a falta de algún detalle pero hábiles y uno, el de la calle Santa María todavía inhábil, a falta de las planchas de hierro, parte imprescindible de su estructura de protección. Hay que resaltar aquí que alguno como el construido bajo los arcos de la Plaza de la República (Paseleku) entrañaba un arduo trabajo. Pero las particulares características de cada uno de ellos ó, al menos, lo poco que sabemos, las detallaremos más adelante.
En la construcción de los refugios participaron vecinos del pueblo que no se encontraban en el frente, así como refugiados. Estos voluntarios se localizaban, entre otros lugares, en los cafés y según parece recibieron algún tipo de contraprestación económica del Gobierno Vasco.
Hay otras referencias de que los simpatizantes de los sublevados, presos o en libertad restringida, fueron obligados a participar en la construcción. INVESTIGARLO.
Los chavales también ayudaban a llenar los sacos y a cargar los camiones más como juego o aventura que por otra cosa, como nos cuenta Luis Iriondo.
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Listado de los refugios en Gernika, el 26 de abril del 36, según las distintas fuentes:
- Astra – Unceta y Cía.
- Talleres de Guernica
- Paseo de la Unión o de la República (Paseleku)
- Ayuntamiento (Plaza de los Fueros)
- Casa de Loizaga (cuesta de la c/ San Juan)
- Casa de Ezenarro (Plaza de San Juan Ibarra)
- Chalet del conde Arana (extremo norte de la plaza de San Juan)
- Frontón de mano (calle Industria)
- Casa del médico Domingo Alegría (c/ Ocho de Enero)
- Calle de Santa María (Andra Mari)
- Chalet de Esperanza (calle Iparraguirre)
- Cuartel de Miñones o Forales (calle Asilo Calzada)
- Plazuela de Saraspe (c/ Asilo Calzada)
- Plaza de la Estación
- Sacristía de la iglesia de San Juan
- Iglesia de Santa María
De estos estaban sin acabar de construir:
- Calle de Santa María
- Plaza de La República (Pasealeku). Uno de los cuatro.
- Sacristía de la Iglesia de San Juan
- Plazuela de la Estación (¿?)
Labauria no cita los dos últimos pero si nos relata como se habían habilitado varios pequeños refugios en casa particulares que suponemos por propia iniciativa de los propietarios, estos son:
- Sótano de la viuda Ezenarro (Plaza de San Juan)
- Sótano de la casa de Domingo Alegría (c/ Ocho de Enero)
- Chalet del Conde Arana (Plaza de San Juan)
Esto nos da, los 12 citados por Labauria (de los que dos no se aclara su ubicación) que sumados a los dos de iniciativa privada (quizá por sugerencia del propio Castor Uriarte) y a los cuatro que aparecen en otros testimonios nos da un total de 16 refugios entre oficiales y privados.
Me inclino a creer que en la relación del alcalde la omisión no radica en que hay dos sin ubicar, sino en que el número de los refugios que estaban sin acabar de construir son sólo cuatro, con lo que nos quedamos en 16 refugios.
Por último citaré un pequeño refugio que había a la entrada de la Casa de Juntas, pero nada sabemos de él.
Castor nos lo relata así:
© “ … el bombardeo de la villa de Durango, ocurrido en la mañana del 31 de marzo de 1937 …/.. dio lugar a la alarma del vecindario de Guernica. Se extendió el pánico y recibí orden del Ayuntamiento de Guernica, no sé si por propia iniciativa o por indicación del Gobierno Vasco, de que procediera a la construcción de refugios, eligiendo los lugares que creyera más convenientes y en número suficiente para proteger a todos los guerniqueses.” [7]
© “Se construyeron cinco refugios señalados en el plano de la villa; con el nº 1, el de la lonja de la Casa Consistorial; con el 2 el existente en el sótano de la casa de Loizaga, con entrada por la calle San Juan; el 3° en el patio que existía entre el cuartel de Forales y la casa de la familia Uribe en la calle del Asilo Calzada; el 4° detrás del kiosko de música del Paseo de la Unión, en forma de cueva en el gran desmonte existente, de cuya construcción se encargo la casa constructora de Bilbao “Gamboa y Domingo”, especialista en obras de hormigón armado; y el 5°, en la calle de Santa María, entre Artecalle y Barrencalle, sin concluirse definitivamente. Se construyeron con troncos de pino verticales, encima otros horizontales u otras dos filas de sacos terreros encima.
Todos ellos fueron proyectados y dirigidos por mi y respondieron admirablemente, menos el ya especificado como inconcluso de la calle de Santa María, …/… todos ellos fueron construidos en lugares fijados por mi, menos el que construyo Transportes [en el jardín del chalet de Esperanza en la calle Iparraguirre] y el de las fabricas” [8]
Joseba Elosegui:
© “… En Gernika se había construido en previsión de los bombardeos, unos refugios precarios que consistían en cubrir las calles del pueblo con troncos y sacos terreros a todo lo largo de las mismas. Esto produjo unos atascos dramáticos que impidieron la salida de los refugios y muchos murieron enterrados entre cascotes y luego quemados” [9]
George Steer:
© “Había numerosos refugios en Gernika, habilitados después del terrible raid aéreo perpetrado contra Durango el 31 de Marzo. Los sótanos estaban cubiertos con sacos de arena y las entradas también. Un letrero de cartón sobre la puerta con la palabra “Refugio”, artísticamente pintada, indicaba al pueblo dónde debía meterse.” [10]
José Labauria, alcalde de Gernika aquel 26 de Abril:
Ϯ “En Gernika teníamos seis refugios cuya construcción estaba terminada, y seis en vías de construcción. Los ya construidos: dos en la calle Asilo Calzada; dos en Talleres de Gernika; uno en los bajos de la Casa-Ayuntamiento y uno en la calle San Juan (en casa de Loizaga). Los no terminados de construir eran estos: uno en el paseo de Artekale a Barrenkale; uno en la Plaza de la República (en el Frontón viejo); uno en la Sacristía de San Juan; otro en la plazuela de la estación del ferrocarril. Había también otros refugios en casas particulares, como el de la casa de Arana, el de la Viuda de Ezenarro, etc. En todos esos refugios podían caber unas tres mil o tres mil quinientas personas.” [11]
Plano general de la Gernika de 1937, con la ubicación de los refugios y un circulo de radio 50 m. alrededor de ellos.
C.- REFUGIOS AGRUPADOS SEGÚN SUS CARACTERISTICAS:
Atendiendo a sus características podemos dividirlos en cinco grupos:
Grupo I: serían los dos refugios construidos por Astra y Talleres de Guernica en la parte posterior de ambas fabricas. Eran construcciones abovedadas de hormigón.
Grupo II: en este grupo entrarían los cuatro túneles excavados al fondo del paseo de la Unión bajo los arcos del balcón de “sacafaltas”, detrás del kiosko de la música.
Grupo III: En este grupo entrarían aquellos refugios habilitados en los sótanos de algunas edificaciones destacadas por su solidez constructiva como serían el de la casa de Loizaga en la cuesta de la calle San Juan, el del chalet de la viuda Ezenarro en la plaza de San Juan, el del chalet del conde Arana, también en la Plaza de San Juan, el de la casa de Domingo Alegría en la Calle Ocho de Enero, el de la Casa de Juntas. Quedaría por dilucidar si el refugio del Frontón de pelota de la calle Industria estuvo ubicad los bajos de las gradas del público, como suponemos.
Grupo IV: los construidos al estilo de los parapetos y refugios del frente, con pinos y sacos terreros. En este grupo, el principal, por su tamaño y por las muertes que produjeron en él, es el de la calle Santa María. Podemos suponer, a falta de más datos, que los refugios del patio del Cuartel de Forales, el de la plaza de Saraspe y el que se estaba construyendo en la Plaza de la Estación podían ser de estas características, aunque no tenemos ningún dato de ellos.
Grupo V: En este grupo entrarían la iglesia de San Juan y la de Santa María que, por lo que sabemos, en la Iglesia de Santa María no se realizo ninguna obra de acondicionamiento ya que no estaba prevista como refugio. Sabemos que fue utilizada como tal por los testimonios recogidos de los supervivientes.
En la sacristía de la Iglesia de San Juan si se estaban realizando obras de acondicionamiento que no estaban finalizadas.
Pasemos ahora a detallar lo que conocemos de cada uno de ellos.
Grupo I _______________________________________________________
1) ASTRA UNCETA y CIA :
Construido en Septiembre de 1936 para cobijo de los empleados de la fábrica y de los vecinos de las inmediaciones. Este refugio es el único que permanece intacto en la actualidad y ha sido puesto en activo recientemente dentro de los trabajos de rehabilitación del edificio de Astra como “fábrica de creación”. Es una bóveda de cañón alargada de unos 1,80 m. de altura media, construida en hormigón y de gran solidez ya que sus muros tienen 50-60 cm. de grosor. Dispone de una chimenea y de dos respiraderos con forma de “V” invertida, previsiblemente con el objeto de posibilitar la renovación del aire, impidiendo por su particular configuración la entrada de posible metralla. Por ser construidos por la mismas fechas que el del “Pasileku” y en el mismo material, hormigón, podemos presuponer que pudo ser construido por la misma empresa “Gamboa y Domingo”, pero es un dato que desconocemos.

© “Tal como confirma Labauria, se construyeron dos refugios de grandes dimensiones en la parte posterior de las fábricas de armamento (Juan de Esperanza y Pedro Unceta y, las dos naves de Talleres de Guernica), para el personal de las mismas y, en general para el conjunto de los trabajadores del polígono industrial de la villa.” [12]
2) TALLERES DE GUERNICA :
Este refugio hoy desaparecido, parece que pudo ser de hormigón y suponemos que similar al que hoy podemos visitar en la parte trasera de Astra, ya que la construcción de ambos fue supervisada por la misma persona, Julián Estevez Gomendiourrutia, un industrial hojalatero de Bilbao que actuaba como administrador de la incautada “Talleres de Guernica S.A.”, delegado por el Gobierno Vasco tras la destitución de Vicente Rojo por sus posiciones políticas pro-golpistas.
Su identidad plantea algunas dudas porque no hay un solo testimonio que se refiera a él. Castor Uriarte al enumerar los refugios construidos en Gernika, bajo su responsabilidad y dirección, habla de un solo refugio con construído detrás de las fabricas el nº 7 y indica uno sólo en el plano de Gernika “Situación de los refugios”.
© “… y otro más importante se construyó detrás de las fábricas, para el personal de las mismas, como hemos dicho antes, que va anotado como el nº 7. …/… todos ellos fueron construidos en lugares fijados por mí, menos el construyó Transportes y el de las fábricas [no dice los de las fábricas].” [13]
Grupo II ____________________________________________________
3) TUNELES DEL PASEO DE LA UNION :
Sabemos por el testimonio de Castor Uriarte que estos refugios, los primeros que se habilitaron, fueron construidos por la empresa de Bilbao “Gamboa y Domingo”, especialista en obras de hormigón armado.
Luis Iriondo superviviente del bombardeo y querido profesor de arte de muchos gernikeses entre los que me incluyo, narra en su testimonio que uno de ellos se hundió durante su construcción y tuvieron que rehacerlo.

Castor Uriarte los describe así:
Ϯ “Los refugios mas seguros se encontraban en el lado oeste de la Plaza de la Union. La pared de este lado se apoya en la ladera del monte. Simplemente excavamos cuatro refugios con forma de cueva en la ladera del monte. Tenían unos 10 metros de profundidad. Todavía se puede apreciar la línea de las entradas semicirculares que fueron bloqueadas con posterioridad. Estos cuatro refugios estaban destinados para la gente de la zona del mercado y del Ferial.” [14]
Luis Iriondo, también se refugio en ellos:
Ϯ «Cuando llegué a la oficina, [trabajaba de “botones” en el Banco Bilbao] sólo estaba un empleado. Era un refugiado de Lekeitio, empleado del banco en aquel pueblo costero y que había tenido que huir ante el avance de las tropas de Franco.
Al de un rato, comenzó a sonar la alarma. El hombre me preguntó:
-¿Por qué tocan las campanas?
-Aviones –le dije sin darle mucha importancia- Es la señal de alarma.
El hombre se asusto.
-¿Dónde hay un refugio?-preguntó.
-Pase el ferial de ganado –le dije- suba unas escaleras y al fondo de la plaza hay varios.
-Acompáñame –me ordenó y no tuve más remedio que seguirle de mala gana.
“El Paseo” era el lugar donde se celebraba el mercado. El de ganado estaba algo más abajo, bajo un arbolado que llamaban “El ferial”.
Cuando atravesábamos el mercado sonaron las primeras explosiones. La gente asustada corrió a los refugios que estaban bajo la terraza. A mí me empujaron hacía el interior de uno de ellos Hacía mucho calor porque el techo era bajo y no había ningún sistema de ventilación. Tampoco había luz. Al cabo de pocos minutos, costaba mucho respirar. Intentaba aspirar el aire pero no me llegaba a los pulmones. Creí que iba a morir asfixiado. Me acordaba también del refugio que se había hundido cuando lo construían y me entró el pánico pensando lo que ocurriría si una bomba caía encima de él. Un hombre intentó encender una cerilla y se le apago.
-Agachaos todos –gritó- Hay poco oxigeno y más abajo se respira mejor. Sentaos si podéis.
Me agaché y apoyé la mano en el suelo. Estaba húmedo. Pensé que si me sentaba se ensuciarían mis pantalones y cuando fuera por la noche a cenar iba a tener bronca con mi madre. Me quedé agachado en cuclillas en una postura que me resultaba incómoda Fuera, algo lejanas, se oían las explosiones. Pero al de poco rato, cesaron y alguien que parecía mandar dijo que ya podíamos salir.
Salimos al exterior y reviví al respirar otra vez aíre puro. Me encontré con José Ramón, un amigo, …/…
– Parece que ha sido en Rentería –me dijo. Rentería es un barrio que se encuentra al otro lado del único puente que cruza la ría en el pueblo.
– Vamos a ver lo que han hecho – le dije, sin acordarme ya del Banco y del empleado de Lekeitio, al que no volví a ver más.
Pero antes de que llegáramos a las escaleras por las que se desciende de la plaza, sonaron nuevamente las campanas y echamos a correr otra vez a los refugios. Toda la gente corrió también. Esta vez y a pesar de las explosiones que habían comenzado a oírse, cada vez más cercanas, esperé a que me adelantaran todos y me quedé junto a la entrada. Una pared de sacos de arena me impedía ver lo que ocurría en el exterior. Allí podía respirar mejor, pero esta vez la única defensa que tenía, ante la caída de una bomba, eran aquellos sacos.
Ahora las explosiones eran mucho más fuertes. “El Paseo” es una plaza en forma de “U” en la que las escuelas de las chicas y los chicos forman los brazos laterales y la parte central era una terraza bajo la cual estaban nuestros refugios. A esta terraza la llamábamos “el sacafaltas” porque los días de bailes iban allí muchas mujeres a observar a los que bailaban abajo. Toda la plaza estaba porticado para que la gente pudiera pasear los días de lluvia sin mojarse. Las bombas parecía que eran lanzadas en andanadas por el sonido alargado que producían. Este ruido parecía entrar por uno de los brazos de la plaza y recorrer toda su extensión con un sonido largo, lúgubre, que parecía meterse hasta nuestro interior. Y las explosiones eran seguidas de ráfagas de aire caliente. Un aire con un calor templado, repulsivo, que a mí me parecía que tenía el sabor de la muerte.
…/…
Sabíamos entre los chicos que en un bombardeo había que tener entre los dientes algún objeto porque una explosión muy fuerte nos podría reventar por dentro. No sé si esto era verdad, pero por precaución me había confeccionado con una rama de árbol despellejada, un palo de unos diez centímetros de largo. Cuando en las alarmas, en el refugio, metía entre los dientes aquel protector, resultaba un poco molesto si lo tenía durante mucho tiempo. Además, llevarlo todo el tiempo en el bolsillo acababa cansando y un día lo tiré porque nunca ocurría nada.. Ahora lo eché en falta pero lo suplí por el dedo índice doblado que lo metí entre los dientes. Era menos molesto que el palo. En la iglesia, en las clases de catecismo, nos habían dicho que en caso de peligro de muerte debíamos rezar la oración del “Señor mío Jesucristo”, en la que se pide perdón por los pecados y se promete no volverlos a cometer. Cuando intenté hacerlo, me interrumpió el susto de un explosión cercana. Volví a intentarlo.
Señor mío Je …
¡Brroooooom…!
Esta vez fue como una andanada. Pareció entrar por uno de los brazos de los arcos y llegó como desgranando su ruido, acercándose y pasando de largo hasta salir por debajo de las escuelas de las niñas.
-Señor mío Jesu…
Parecía que cada vez caían mas cerca. Si caía alguna en la terraza, ¿resistiría?. Se podía taponar la entrada del refugio y moriríamos todos ahogados. Sería horrible.
Señor…
Otra interrupción. Una y otra vez. Siempre lo mismo. Y además, a veces llegaba el ruido acompañado de aquella bocanada de aire repelente.
Y no veía lo que estaba pasando en el exterior. Los sacos no me dejaban ver lo que ocurría. ¿Qué iba a poder contar al día siguiente cuando me reuniese con mis amigos?. Me acordé de Cipri. Seguramente habría ido a su refugio. Allí, al aire libre, junto a la carretera de Lumo. ¿Por qué no había ido yo también?. [Cipri Arríen había muerto, alcanzado por una bomba] Ya no podía salir. Estaba atado a aquel agujero. Otra vez no volvería a hacerlo. En el campo hay más recursos y allí no echan bombas porque apenas hay casas que destruir.
No podía pensar más que en los estampidos y el calor que me llegaban de fuera. Y envidiaba a “Cipri” que vería todo desde su posición en el campo. Los giros de los aviones y el lanzamiento de las bombas. El si que tendría muchas cosas que contar.
Y seguían el bombardeo interminable con mis infructuosos intentos por terminar aquella oración.
¿Cuánto tiempo duraba? ¿No tenían los bombardeos un tiempo para su realización, como todas las cosas?. Junto a mí había un miliciano, apoyado a los sacos y mirando al suelo, ensimismado, y pensé que aquel lo sabría.
– ¿Falta mucho para que termine?, le dije.
Creía que por su experiencia en la guerra, podría contestar a mi pregunta. Me miró, volvió la vista al suelo y no me contestó.
Después de un tiempo que creí infinito, por fin, cesaron las explosiones. Pasó un rato de espera y el miliciano me dijo:
Parece que ya ha terminado.
Cuando salí de entre los sacos al exterior me detuve aterrado. Todo el pueblo estaba en llamas. Una nube de humo cubría el cielo. No sabía si el fin del bombardeo sería definitivo y eché a correr junto a los tenderetes derribados de los quincalleros y corrí hacia las escaleras que junto a las escuelas de las niñas subían hacía la Casa de Juntas para de allí ir a la carretera de Lumo y salir al campo Al pasar junto al “sacafaltas” sin detenerme, miré hacia abajo y vi que todo Gernika era una hoguera.»
Ϯ «Yo también corrí al que estaba más cerca de las escuelas de las niñas. Los sacos de arena que estaban delante de la entrada para evitar que entrara la metralla habían estrechado el paso, y la gente se empujaba para entrar, Sentí que me empujaban a mi también contra la masa de gente, y, casi sin tocar el suelo con los pies, me llevaron hasta el interior, cerca del fondo.» [83]
Ϯ « Una explosión, más cercana que las otras, me sacó de mis cavilaciones. Me llegó una bocanada de aire tibio. Tenía un sabor «larri», como decíamos en Guernica, repelente. De peligro. (…)
» Ahora parecía como una andanada. Enraba el sonido por los bajos de las escuelas de los chicos, cruzando toda la zonade arcos, donde se paseaba los días de lluvia, pasaba por delante del refugio, y se perdía por los bajos de las escuelas de las chicas. Y a su paso, aquel aire repelente». [84]
Ϯ “ Detrás del quiosco de la música, bajo el techo de hormigón al lado oeste de la plaza, un muro de sacos de arena protegía los cuatro refugios que a modo de cuevas se habían excavado en la ladera del monte. Para cuando llegamos a estos refugios estaban repletos de gente y se gritaban órdenes para que los hombres y los jóvenes salieran y dejasen sitio para la gran multitud de mujeres y niños aterrados que se hallaban amontonados fuera.” [15]
Ϯ “ … [continúa del testimonio nº 54] y es allí [en el mercado del Paseo de la Unión] donde me encontraba cuando oí la explosión de las primeras bombas. Aquello me aterró y lo siguiente que recuerdo es que me estaban apretujando dentro de uno de los refugios de la plaza. La gente estaba en estado de pánico y cada vez me empujaban mas atrás y más atrás. Mucha más gente debió llegar de fuera del refugio porque continuamente gritaban para que empujáramos a fin de hacer sitio para otros. Muy pronto ya no quedaba más sitio. . Estábamos tan apretados los unos contra los otros que no podíamos mover los brazos. Entonces empezó a hacer mucho calor allí dentro. Era el calor de todos nuestros cuerpos. El aire se volvió irrespirable. Pensé que iba a ahogarme. Manteníamos las cabezas en alto para poder respirar pero al rato eso tampoco ayudaba.” [16]
Ϯ “volvió a sonar la alarma, y nos metimos en uno de los refugios excavados bajo tierra en la Plaza o Paseo principal del pueblo. Allí estuvimos metidas durante las 4 horas más angustiosas de mi vida.
Enseguida empezaron las explosiones y como eran muy sencillos e inseguros, solamente protegida la entrada con sacos terreros, la onda expansiva llegaba hasta adentro empujándonos contra las paredes.
Cuando descargaban su mercancía, los aviones se iban hasta Vitoria, y venían otros cargados.
El ambiente era irrespirable, por falta de oxígeno nos ahogábamos, y aprovechando los 10 minutos que tardaban en volver, queríamos salir, pero los guardianes que estaban en la puerta no nos dejaban, para evitar la alarma y las consecuencias consiguientes.
El único remedio para aliviar la sed y la sequedad de la garganta era chupar la gran humedad de las paredes.
Las 40 o 50 personas que estábamos en el refugio nos unimos en la oración porque creíamos llegada la hora de nuestra muerte.
Para colmo de males, las bombas inutilizaron la conducción eléctrica, por lo cual nos vimos sumidos en la más completa oscuridad. Algunos intentaban encender cerillas o mecheros, pero la falta de oxígeno apagaba la llama.
Y cuando a las 8 de la tarde ya anochecido pudimos salir, el espectáculo que se presentó ante nuestros ojos fue dantesco. Arboles caídos, postes eléctricos por el suelo y todo ello envuelto en una gran nube roja. Parecía imposible que a pesar de no haber luz eléctrica, hubiera tanta claridad; era debido a las llamas de la gran hoguera en la que se convirtió todo el pueblo de Gernika.” [17]

Una bomba explosiva cayó en la calle Allende Salazar, muy cerca sobre estos refugios, que resistieron bien el impacto pero destruyó las conducciones de agua y esta se filtro hasta el interior de los refugios como relatan algunos testigos. Según el testimonio que sigue uno de los cuatro refugios-túnel no estaba finalizado.
Ϯ “… pasé por delante del ferial en dirección a los refugios del Paseo de la Unión. Yo estaba embarazada, muy asustada y nerviosa…/… [era una de tantas falsas alarmas, volvió a casa y a la 1:30, volvieron a sonar las campanas de alarma y regreso al refugio]. Fui pero llegué un poco tarde al refugio. Los tres que estaban terminados estaban ya atestados de gente. Aquella mañana, más temprano, había sentido nauseas por falta de aire y los empujes de la gente en mi estomago así que fui al cuarto refugio, que aún no estaba terminado pero en el que había sólo algunas personas. Pero luego la gente empezó a amontonarse allí y pronto me encontré apretujada contra una pared húmeda y llena de barro en la parte trasera. Allí permanecí con agua que me caía encima y de pronto sentí mucho calor y apenas podía respirar. La gente se amontonó a mi alrededor y yo luchaba desesperadamente para no vomitar. Entonces, justo a tiempo, creo, la gente empezó a salir. La alarma había terminado…/…[otra falsa alarma, volvió a casa] Entonces las campanas sonaron otra vez y le dije a mi marido que esta vez me iba al refugio de castor Uriarte. ” [18]
Ϯ “… la Casa de Juntas a la que no alcanzaron las bombas que cayeron en sus inmediaciones a unos 40 metros de distancia.” [19]
Ϯ “Mi madre nos llevó a mi hermana y a mí al centro a comprar en el mercado. Nunca antes habíamos estado en un refugio, pero esa mañana mi madre estaba nerviosa y, al oír las campanas, acudimos en dos ocasiones a un refugio en la Plaza de la Unión. Había muchísima gente en el pueblo aquel día.” [20]
Ϯ » Yo tuve la precaución de no meterme en los agujeros, me quedé fuera porque delante del refugio había un parapeto de sacos de tierra para que, en caso de que cayese una bomba delante, la metralla no fuese a dar a la gente que estaba en el refugio» [21]
Grupo III _______________________________________________________
Se habilitaron como refugios sótanos de algunos edificios sólidamente construidos en piedra de sillería. En el caso del Ayuntamiento y del Frontón de mano, es explicable la elección del lugar. En el caso de la casa de Domingo Alegría y el chalet de Ezenarro, sabemos que su construcción fue por propia iniciativa de sus propietarios. Pero en el caso de las casas de Loizaga, y Conde Arana, desconozco si su habilitación fue por mutuo acuerdo con el Ayuntamiento o por imposición.
4) SOTANO DEL AYUNTAMIENTO (Plaza de los Fueros) :
Nuestro entrañable y viejo ayuntamiento estaba ubicado entre las calles Azokekale, también conocida por “Fransescale” (calle de los franceses) y una hilera de casas que lo flanqueaban por la derecha y lo separaban de Artekale. Con la reconstrucción esta hilera de casa ha desaparecido para poder ampliar la estrecha calle Artekale y ampliar también, el edificio consistorial. La fachada orientada al sur (como el actual) se abría a una amplia plaza llamada Plaza de los Fueros. Por su parte baja, esta fachada la conformaban cuatro arcos semicirculares que a su vez enmarcaban cuatro portones más al fondo. El del centro daba acceso a una amplia escalinata de piedra para subir al primer piso, con el Salón de sesiones y el despacho del Alcalde (en el que se encontraba cuando comenzó el bombardeo). Este primer piso tenía en la fachada exterior una larga balconada sobre los arcos, palco “vip” para ver las corridas de toros y otros festejos. El portón de la izquierda (el más cercano a Franseskale era la Oficina de Correos y el del extremo derecho era el que daba acceso al refugio habilitado en el sótano o depósito. Bajo esta arcada también se ubicaban el retén de la Policía Municipal y el Cuartelillo de bomberos. Este amplio sótano había estado habilitado en otros tiempos, como cárcel municipal (la “perrera” que hemos conocido los de mi generación distaba bien poco de la original). La entrada bajo los arcos estaba franqueada por los habituales sacos terreros.
Ϯ “Entramos en el refugio de la casa consistorial, que estaba en la plaza del ayuntamiento. Entramos a través de la única entrada del refugio, recubierta con sacos. Era un refugio grande, pero estaba abarrotado de gente. La gente se apartaba de la puerta, por lo que la mayoría estábamos al fondo del refugio.” (10)?

Ϯ “Conseguí llegar hasta el refugio del Ayuntamiento y allí encontré a una de mis hermanas y a dos de mis sobrinas. El padre Endeiza y otros dos sacerdotes estuvieron con nosotros brevemente. Nos dijeron que hiciéramos un acto de penitencia. Y comenzamos a rezar el rosario. Algunos lo hacían en euskera y otros en castellano. Había algunos refugiados procedentes de Gipuzkoa junto a mí y uno de los niños pequeños, dijo: ´Amatxo, ¿tenemos que abrir la boca?´´Bai maitia!, respondió ella. Solo de pensar que esos niños habían pasado por esto antes y estaban, tan tranquilos, preparándose para sufrir otro bombardeo me conmovió mucho.” [22]
Ϯ “Mi padre estaba bajo la entrada cubierta justo fuera del ayuntamiento. Estaba con cuatro gudaris. No quería ir al refugio que estaba justo al otro lado de la puerta. Pensó que podría llegar hasta el restaurante antes de que llegaran los aviones. Pero, a medida que los aviones se fueron acercando, cambió de idea. Se arrimó contra una de las columnas. Los bombarderos volaban justo por encima de ellos. Entonces hubo una gran explosión. Parte del edificio y la entrada cayó sobre ellos. Quedó sepultado junto a los cuatro gudaris.” [23]

Ϯ “Durante la mañana los aviones del ejército de Franco evolucionaron muchas veces sobre el monte Burgoa, pasando por Oiz y Urkiola (sic). Como algunos se acercaban a veces a Guernica, sonaron con frecuencia las campanas de alarma (las de Sta. Maria y de S. Juan). A consecuencia de tanto toque de alarma, la gente tuvo que retirarse a los refugios (uno en el Ayuntamiento; tres en el Paseo de la República; uno en el palacio del Conde de Arana; uno en el Asilo Calzada; uno en Talleres de Guernica; uno en la estación del ferrocarril) y a los montes numerosas veces a partir de las diez y media de la mañana. Durante toda la mañana no cayó ninguna bomba ni hubo ningún otro modo de bombardeo. Durante toda la mañana estuve en el refugio del Ayuntamiento, junto con muchísima gente, casi todos aldeanos que habían ido a la feria. Como tocaban las campanas tantas veces no tuve tiempo de comer”. [24]
Ϯ “Cuando empezó el bombardeo de Guernica (el 26 de abril), yo estaba en el refugio del Ayuntamiento. Desde allí oíamos el ruido de las bombas que explotaban y sentíamos las sacudidas que la explosión producía en todos, así como los choques de casco, de metralla. Cayeron tres o cuatro bombas (que derribaron el edificio del Ayuntamiento) sobre nuestro refugio, quedando cubierta de escombros la entrada, de suerte que dentro nos asfixiábamos. Entonces quitaron unos sacos de arena que había en una ventanita del refugio, y pudimos respirar: muchas personas estaban desmayadas. Un miliciano que estaba dentro salió con una cantimplora, exponiendo su vida, y trajo agua que, mezclada con cocnag nos sirvió a todos. Cayó el cielo raso y parte de las paredes, y los escombros causaron heridas a varias personas: a mi un ladrillo (según otros, un casco de metralla) me produjo una herida en el pie que aún (día 30 de agosto) no se me ha cerrado. A eso de las 7 de la tarde empezaron a lanzar bombas incendiarias que afortunadamente no cayeron en nuestro refugio. Constantemente oíamos el ruido de los aeroplanos y de las ametralladoras, así como el silbido de las bombas que caían y la consiguiente explosión. No todas las bombas explotaron al caer. Cuando oímos cerca los ruidos de los aviones, estábamos callando: rezábamos y besábamos un crucifijo que allí teníamos. Cuando se alejaban los ruidos hablábamos. A las 8½ de la tarde salimos del refugio: fui yo la primera en salir. Vi que todas las casas estaban ardiendo. Para que pudiéramos salir del refugio, unos quince obreros trabajaron abriendo paso por entre los escombros hasta que llegaron a practicar a través de las ruinas del Ayuntamiento (que cubrían el refugio) un boquete por donde salimos” [25]
Ϯ “ El que nos indicó la salida fue el alguacil que apareció, entre sacos y escombros, destrozada la ropa, como un fantasma. Una ver fuera lo primer que me fijé fue en los árboles ardiendo. Nunca había visto nada semejante. A algunos niños les sangraban los oídos.” [26]
Ϯ “ Me dirigí hacia Artekale que estaba llena de escombros y ardía a ambos lados. Allí oí que unos hombres estaban trabajando en el ayuntamiento,, intentando liberar un refugio que estaba bloqueado con escombros. Fui allí y ayudé en la labor. Toda la fachada del edificio se había derrumbado y bloqueaba la entrada principal. Pero, había una pequeña entrada en la parte de atrás que estaba más despejada y finalmente conseguimos abrirla. Había camillas dispuestas por si alguien pudiera estar herido. Afortunadamente no fueron necesarias. Todos sobrevivieron y las únicas lesiones eran leves.” [27]
Ϯ “ Estaba oscureciendo cuando abrieron una entrada trasera y nos sacaron del refugio del ayuntamiento. Sabía que habría daños en el pueblo pero no estaba preparado para lo que vi, la destrucción era total” [28]

Ϯ “ Por fin nos sacaron del refugio del ayuntamiento y yo sólo pensaba en mi mujer. Ella me había dicho que iba al refugio del patio de Castor Uriarte así que me dirigí directamente allí. En el camino vi que el edificio de nuestro piso empezaba a arder, Mi mujer aún se encontraba en el refugio, esperando que yo estuviera vivo y fuera a buscarla. Fue un momento de gran alegría cuando nos vimos. Ella estaba embarazada y creo que era un motivo más de preocupación por su bienestar.” [29]
Ϯ “ Ya casi era de noche cuando consiguieron abrir una de las entradas de nuestro refugio en el ayuntamiento. La gente del exterior parecía estar asombrada al ver que todos nos encontrábamos en buenas condiciones. Creo que se esperaban que hubiera muchos heridos.” [30]
Ϯ “Estaba yo en la Casa-Ayuntamiento cuando oí las campanas de alarma a las cuatro y diez minutos de la tarde. …/… no hizo más que pasar la sombra que proyectaba el avión junto a mi, cuando oí una fuerte detonación. Bajé al refugio. Este estaba lleno de gente.
Cuando estaba en la puerta del refugio (en la Casa Ayuntamiento) comentando con otras personas lo ocurrido, ví cómo se acercaban otros ocho aviones en la misma dirección que el anterior. Me metí dentro del refugio. A continuación, hasta las siete horas y cuarenta minutos de la tarde continué oyendo constantemente detonaciones sin número. La cuarta o quinta bomba que descargaron los ocho aviones que vi desde la puerta del refugio, cayó en la misma Casa-Ayuntamiento, derrumbandola totalmente. Pero el refugio resistió: sólo que los escombros nos cerraron la puerta y la ventanilla. Creíamos todos que íbamos a morir de asfixia las 360 personas que estábamos dentro. Los más eran ancianos, mujeres y niños. Un buen rato estuvimos sin luz, hasta que logramos desobstruir la ventanilla, y más tarde la puerta. A las 7,40 de la tarde cesó el bombardeo aéreo de Gernika. Entonces salí del refugio, y vi que el pueblo era una escombrera. …/… vi que todo estaba lleno de escombros, muchas casas ardían y otras se estaban derrumbando. La gente, despavorida, alocada, entre lloros y gritos, corría en todas las direcciones, huía a las afueras. Entre los escombros había muchos cadáveres de personas que fueron ametralladas por los aviones de caza.” [31]
© * “Primero estuvo en el refugio de la fábrica donde trabajaba. Luego salió a ver que había ocurrido en Rentería. Por el camino le llamó el alcalde que estaba en el Ayuntamiento (tenía bastante amistas con él), para preguntarle lo que había pasado en Rentería y cuando estaban hablando llegaron más aviones. Entro con el alcalde al refugio del Ayuntamiento. Tiraron una bomba allí y el Ayuntamiento se hundió, aunque el refugio resistió. Sin embargo la salida se cerró con los escombros. Él que había sido el último en entrar, estaba junto a la puerta, escarbo y consiguió salir.
* Su familia, sus padres y sus hermanos pequeños lo pasaron peor porque ellos estuvieron en el refugio del Ayuntamiento, donde cayo una bomba y “casi se asfixian”.
* Recuerda haber oído acerca del refugio del Ayuntamiento, cómo por efecto de las bombas, polvo, falta de ventilación “salieron algunos completamente, como si estuvieran locos, no sabiendo dónde salían, no pudiendo respirar”.
* Una mujer nos cuenta que a su padre el bombardeo le pilló en el refugio del Ayuntamiento; relata cómo tras caer la bomba rompedora en el refugio se taponó la salida, su padre tranquilizó a la gente diciendo que había una puerta trasera. “Por allí salieron todos. Si no, se hubieran asfixiado.” [32]
Τ Tras abandonar el garaje-refugio habilitado en los bajos del chalet del Conde Arana sobre el que había caído una bomba provocando un incendio en las dos plantas superiores. «Un hombre dijo que el refugio más cercano estaba en la calle Santa María, pero a Javier no le inspiraba mucha confianza. Estaba entre casas viejas que podrían caer sobre él. El del Ayuntamiento era más seguro, porque el edificio era de piedra y en sus bajos estarían mejor.
Salieron y corrieron hacia la cuesta «del cojo», que era el camino más corto.
Había mucha gente en el interior, pero hicieron sitio a los que llegaban. Peru, sobre las piernas de su padre, que había conseguido una caja para sentarse, se abrazó a él con fuerza. Se sentía más seguro así. Pero cuando creían, después de mucho tiempo, que pronto terminaría todo, dos fuertes explosiones hicieron temblar las paredes y caer cascotes de yeso sobre la gente. Hubo gritos y desmayos, y Peru se agarró con más fuerza aún a su padre. Trató de tranquilizarle diciéndole que ya no caerían más bombas, pero no consiguió que se soltara.
Cuando comenzaron a oír el ruido que producía el fuego en las plantas de arriba, les mandaron salir. Había terminado el bombardeo. Las casas de los alrededores estaban ardiendo también.” [81]
5) CASA DE LOIZAGA (cuesta de la c/ San Juan) :
Castor Uriarte nos relata como, a las cuatro y media de la tarde, estando en la calle de San Juan, esquina a la estrada de Txorraburu en la oficina de unos contratistas comprobando una liquidación de obras para el chalet de Severo de Altube en el Paseo de los Tilos, frente al Instituto ¿hoy………?. Vio un avión sobrevolar la villa lanzando tres bombas explosivas.
Ϯ “Yo me ampare en el refugio que habíamos hecho en los sótanos de la cercana casa de Loizaga y allí aguante, una hora aproximadamente, el bombardeo ininterrumpido y, cuando hubo un descanso de unos pocos minutos, Salí a ver lo que había ocurrido, hacia el Paseo de San Juan Ibarra, donde vi grandes hoyos en el suelo y algunas casas afectadas por el bombardeo, entre ellas el chalet de la familia de Ecenarro” [33]



6) CASA DE EZENARRO (Plaza San Juan Ibarra) :
Situado en la parte este del paseo o plaza de San Juan Ibarra, en el sótano del chalet de la viuda de Ezenarro, actual escuela de música de Juli Foruria. Tampoco estaba finalizada su construcción.
INCLUIR UNA FOTO ACTUAL
7) CHALET DEL CONDE ARANA (fondo norte plaza de San Juan Ibarra) :
Situado en la calle El Puerto, al fondo de la plaza de san Juan, tampoco esta finalizada su construcción.
Ϯ «Me acuerdo perfectamente que en frente, muy próximo a nuestro cuartel, estaba el palacio de los condes de Arana, en cuyos terrenos cayó una de las bombas» [34]
Ϯ “Nunca olvidaré cómo se comportó mi padre aquella mañana. Varias veces nos advirtió a mi madre y a nosotros que tuviésemos cuidado y que prestáramos atención a los avisos sobre la presencia de aviones. El se fue a su trabajo alrededor de las 10:00 y a eso de las 10:30 oímos el repique de las campanas. Siguiendo sus instrucciones, mi madre nos llevó al refugio del Conde Arana. Era un refugio en el sótano de la mansión del conde Arana, que se encontraba a unos cien metros de distancia de nuestro piso [en la misma calle San Juan]. Yo fui allí con mi madre, dos hermanos y una hermana. Mientras estábamos allí, llego un policía para decirnos, de parte de mi padre, que permaneciéramos allí porque el día se presentaba malo.» [35]
Ϯ “Todavía nos encontrábamos en el sótano de la casa del conde Arana cuando explotaron las primeras bombas. Al poco tiempo empezó a llegar mucha gente a nuestro refugio. Muchas de las chicas y de las mujeres estaban casi locas de miedo, incluyendo a tres de mis hermanas y dos primas que se hallaban entre los recién llegados. Yo también estaba muy asustada pero estaba muy preocupada por mi madre, mi padre y mi hermana mayor. Nadie los había visto.” [36]
8) FRONTON DE PELOTA (C/ Industria) :
En el libro “Memoria colectiva del bombardeo de Gernika”, se dice que estaba situado debajo de un terraplén, detrás del frontón (¿?) pero también cita otro refugio en la calle Industria por lo que supongo es un error.

9) SOTANO DE LA CASA DEL MEDICO DOMINGO ALEGRIA (C/ Ocho de Enero) :
BUSCAR TESTIMONIO ORAL
© * “Ella con su abuela y su madre fueron al refugio del médico Domíngo Alegría. Era un refugio pequeño , con capacidad para quince personas. Cuando cayó una bomba en la calle Ocho de Enero los cascotes cubrieron “los agujeros del refugio” (se quedaron a oscuras). Rezaban en el refugio (letanía). Se repetían constantemente los sonidos “ta-ta-ta-ta-boum-ta-ta… “ (sobre todo de las metralletas). Cuando se tapo el agujero el médico gritó: “Señores, sálvese el que pueda”, entonces salieron todos. Ya Había acabado el bombardeo.
* Estuvo en tres refugios: fue primero al refugio de la calle Santa María, pero no pudo entrar, estaba lleno. De allí fue al refugio del Doctor Alegría donde pudo meterse. A escasos metros de ese refugio había una gasolinera y cayó una bomba. A causa de ese refugio entró fuego en la parte trasera del refugio donde estaban, por lo que tuvieron que salir. Seria tras una hora de bombardeo. Recuerda que tras esa bomba llegaban a la casa del médico gente herida por la bomba, con la cabeza ensangrentada. Salió del refugio y se dirigió al del Ayuntamiento donde se tuvo que quedar a las puertas.” [37]
Es necesario referir que el alcalde José Labauria, nos decía, por otra parte, que los depósitos de esas gasolinera habían sido previamente vaciados, BUSCAR LA CITA con lo que se nos plantea el interrogante de porqué ardieron al caer la bomba. Se me ocurre que pudo quedar un resto de gasolina o que el fuego tuvo su origen en las incendiarias y no en la gasolina. En fin, probablemente nunca lo sabremos.
Grupo IV ______________________________________________________
Quien mejor nos puede orientar sobre las características de estos toscos refugios es el arquitecto que los proyecto y dirigió su construcción, Castor Uriarte:
© “Se construyeron con troncos de pinos verticales, encima otros horizontales y dos filas de sacos terreros, mas chapas de hierro y otras dos filas de sacos terreros encima” [38]
Ϯ “Los refugios estaban todos construimos más o menos igual. Troncos de pino de dos metros y medio de altura y de unos 35 centímetros de diámetro se utilizaban como pilares. Otros maderos del mismo diámetro se usaban como vigas para el techo. Sobre los troncos se colocaban planchas de acero de cinco milímetros, y sobre éstas dos capas de sacos de arena. En algunos casos, por ejemplo en el ayuntamiento y la mansión del conde Arana, esta construcción se hacía en la planta baja o en el sótano del edificio, que estaba sólidamente construido con piedra. Pero también acondicionamos otros lugares. Por ejemplo, la estrecha calle Andra Mari en el centro de la villa, entre las calles Artekale y Barrenkale, estaba completamente cubierta y se utilizaba como refugio. Medía unos 40 metros de largo y tenía entradas desde ambas calles. Era, de hecho, una calle cubierta. Este refugio en concreto era el único que no estaba terminado el 26 de abril. Esa mañana di cuenta a los comisarios de que las planchas de acero aún no habían llegado de la fábrica que estaba cerca de Bilbao [Altos Hornos], pero que los sacos de arena habían sido colocados sobre los troncos. Yo no estaba satisfecho con este refugio sin terminar pero no podía hacer nada más. Ya había llamado a la fábrica varias veces y me prometieron que llegarían en unos pocos días.” [39]
© “Florentino Basterretxea fue una de las personas movilizadas para buscar maderos que pudieran servir para cubrir los refugios.” [40]
La arena se extraía de la playa de Pedernales, a nueve kilómetros de Gernika y se trasladaban en camiones hasta la villa.
Ϯ «Llegaban los vagones a la estación de pequeña velocidad con arena de la playa de Pedernales, a nueve kilómetros de Guernica. A los estudiantes jóvenes que todavía no tenían edad para ir al frente los movilizaron para los trabajos más duros; nosotros sin que nadie nos dijera nada, nos movilizamos también para ayudarles. Era una nueva forma de divertirse con la arena. Sosteníamos los sacos mientras los llenaban los mayores. Una vez llenos, se cargaban en los camiones para llevarlos a su destino, y nosotros nos subíamos a ellos y desde allí gritábamos y saludábamos a los amigos que veíamos por la calle. El capataz que dirigía los trabajos nos desmovilizó enseguida porque decía que éramos más una carga que una ayuda» [82]

10) CALLE SANTA MARIA (Andra Mari) :
Me voy a extender un poco más al hablar de este refugio porque fue el único en que murieron sus ocupantes y de una forma harto cruel, por ello permanece y permanecerá en el recuerdo sentimental de todos los gernikeses. En el coincidieron varios factores: era tosco y amenazante como un trozo de bosque insertado en una calle urbana, estaba sin acabar y estaba en el mismo corazón de nuestro pueblo y quizá por ello también más cerca de nuestro corazón.
Ubicada en el mismo centro del casco viejo de la villa, era en la práctica una calle completamente cubierta en todo un tramo entre las dos calles perpendiculares: Artekale y Barrenkale, media unos 40 metros de longitud y sus extremos se abrían a las dos calles citadas. Por ella que se transitaba normalmente, atravesando el refugio de parte a parte cuando no había alarma. Un hecho curioso es que si bien pensaba, cuando comencé este trabajo, que los troncos que servían de pilares estarían colocados en los extremos laterales, la observación detenida de algunas fotos tomadas en los días posteriores al bombardeo, me indican que estas dos filas de pilares estaban, no a los extremos sino más hacia el centro, configurando tres pasillos, uno central y dos laterales. Esto resulta lógico desde el punto de vista de la resistencia, ya que los troncos de 2,50 mts. apoyados sólo en los extremos serían relativamente frágiles con un gran peso en el centro. También hay que tener en cuenta que en esta calle había comercios y portales de viviendas a las que era necesario acceder. El Informe Herrán habla de que los troncos verticales, que hacían de vigas, iban pegados a las fachadas de las casa laterales, aunque dice también que la anchura del refugio era un poco menos que la calle. (¿?).
Yo incluyo esta foto, capturada de la película (en eastmancolor 16 mm., una gran innovación técnica para la época) que sacó el reportero americano Russel Palmer que visitó la villa en mayo, cuando esta se abrió a los observadores internacionales más o menos afines a los golpistas.


Recientemente esta imagen de la entrada del refugio de Andra Mari desde Artekale, ha llegado a mis manos. Vista desde la entrada a la calle Andra Mari desde la Plaza de los Fueros (Ayuntamiento)
El denominado “Informe Herrán”, nauseabundo y tóxico por la amenaza encubierta y la manipulación que rezuma cada línea de su texto, lo describe así:
© “No era subterráneo, sino superficial; es decir, construido sobre el pavimento de la calle. Su forma general recordaba la galería de una mina, con sus troncos o rollizos colocados verticalmente a los lados, pegantes a las fachadas de las casas y otros horizontales apoyados en las testas de aquellos.
Sobre los troncos horizontales iban colocados sacos de arena. Cada dos troncos verticales y uno horizontal formaban una especia de puerta con sus jambas y su dintel, con altura de unos dos metros y la anchura un poco menos que la calle. Estos marcos estaban situados unos junto a otros, de modo que entre todos formaban un túnel, como antes se ha dicho, de varios metros de longitud y de aspecto rudo y fuerte, que contrastaba con las formas de la construcción urbana. Sobre la sencilla y fuerte estructura de madera se colocaron sacos de arena en varias hiladas superpuestas, de modo que formaron un grueso colchón capaz de resistir a los tremendos golpes y explosiones de las bombas que pudieron arrojar los aviones.
Perecieron en este refugio cuarenta y cinco personas infelices vecinos que nada sabían de lo que ocurría”. [41]
Ϯ “… respondieron admirablemente, menos el ya especificado como inconcluso de la calle de Santa María. Al que faltaban las chapas de hierro que no nos sirvió a tiempo Alto Hornos de Vizcaya, a pesar de que las reclamé insistentemente, y la gente, creyendo que estaba terminado, se metió en él y hubo gran número de víctimas al caer encima la bomba” [42]

Castor Uriarte nos dice que en este refugio murieron 45 personas, pero la controversia sobre el numero de fallecidos en este refugio y en todo ese fatídico dia constituye unos de los capítulos mas controvertidos.
Son numerosos los testimonios que atestiguan que la falta de seguridad de este refugio era bien conocida por los gernikeses.
Ϯ “ No vayas al refugio de Andra Mari, que aun no esta terminado y no es seguro. Mi padre nos decía eso muchas veces y por eso el lunes, cuando las campanas sonaron tantas veces, pasamos por delante de este refugio y nos dirigimos directamente a la iglesia de Andra Mari que se encuentra en la parte alta de la villa.” [43]
Ϯ “Cuando oí la primera bomba estaba cerca del refugio del centro de Gernika, de modo que corrí hacia aquel refugio. Pronto se llenó de gente. La gente no era descortés pero empujaban a fin de hacer sitio para más gente. Eso no me gustó en absoluto. Claramente no me gustaba la idea de quedar atrapado en el centro de la villa si es que iba a ser bombardeada. También me molestaba la aglomeración. No había estado en ningún bombardeo anteriormente pero, por instinto, pensé que sería mejor estar en un lugar abierto. Me quedé en aquel refugio hasta que hubo silencio fuera, hasta que pensé que el avión se había ido. Entonces me marché, y cuando salí fuera me alegré de haberlo hecho.” [44]
Ϯ “Después fui al refugio de la calle Andra Mari y se encontraba totalmente cubierto de escombros. El fuego ardía muy cerca, pero la gente se esforzaba desesperadamente por sacar a la gente que se hallaba atrapada. Me uní a los que trabajaban, pero era desesperante. Oíamos a la gente bajo los escombros que nos llamaban y gemían y trabajábamos todo lo que podíamos. Pero había demasiados escombros encima de ellos y el fuego se aproximaba cada vez más. Al final tuvimos que abandonarlos.
Para entonces yo estaba como loco.” [45]
Ϯ “ Corrí junto a la iglesia de San Juan y dí con un refugio en una de las estrechas calles del centro de la villa. Aquello no parecía un refugio. Sólo era una calle con un techo de pino reforzado sobre ella, pero, por alguna razón, entré en el interior.
Tan pronto como estuve dentro supe que había cometido un error. Estaban de pie, como sardinas en lata. Quería salir de allí. Los bombarderos llegarían en cualquier momento y no quería quedar atrapado. Comencé a abrirme camino a través de la gente hasta que finalmente llegué a la otra entrada, que daba a otra calle. Me debatí conmigo mismo si debía salir o no a la calle y correr hacia el monte. Probablemente me habría ido si no hubiera visto un espacio vacío,en la boca del interior del refugio, cerca de la entrada. Sólo había una persona allí, una joven de dieciocho o diecinueve años de edad, que estaba llorando. Al parecer, los demás tenían miedo de estar tan cerca de la entrada. Me pareció un buen lugar, al menos había suficiente luz y podía ver lo que había a mi alrededor. Pero no había mucho tiempo ahora, podía escuchar los aviones cada vez más cerca. Me agaché junto a la chica y le dije que no llorara, que todo iba a estar bien. El ruido de los aviones se hacía cada vez más y más fuerte y luego la niña me dijo que había dejado a sus dos hermanos, uno de ellos apenas un bebé, en la casa que estaba justo encima de nosotros y, que ella había tenido miedo de ir a por ellos. Por eso lloraba. Pero, yo ya no tenía tiempo para pensar en ir por ellos. Hubo un fuerte rugido de motores. Los bombarderos estaban encima de nosotros.” [46]
© ”Por su parte Emilio González, que había llegado a Guernica como miembro de una unidad paramilitar encargada de poner alambradas en Luno y que hoy presta sus servicios en la conserjería de un importante hotel bilbaíno en Begoña, recuerda que ya una de las primeras explosiones taponó la entrada del refugio de Santa María, en el que él se encontraba, por lo que intentó escapar por detrás. Pudo lograrlo apreciando como los gruesos muros se inclinaban poco a poco, mientras que crujían los troncos que sujetaban el techo y sobre los que habían sido clavadas estampitas.“ [47]
Ϯ “Yo pasé por el refugio de Santa María cuando los equipos de socorro se hallaban en plena tarea de rescate. A un hombre tuvieron que cortarle un brazo a hachazos. Era la única forma de liberarles de las ruinas que le aprisionaban sin que éstas se les derrumbasen encima. El infeliz daba unos gritos terribles. No pude soportar aquella escena y me marché a toda prisa.” [48]
Ϯ ¿Pero qué paso? Que al bombardear las casas, el escombro caía encima del refugio y como era tan débil, pues, ¡pom! Los aplastaba. Y la viga que estaba horizontal tenía pillados a unos cinco o seis. A uno le había pillado las piernas y estaba vivo; los otros estaban muertos. Y yo le hacía: ¡Aahhh!—
Gesticula con los brazos simulando los esfuerzos por sacar de entre los pesados escombros de maderas y hierro).
—¡Tira!, decía él. ¡Aahhh! ¡Venga, tira!. Y la casa que estaba ahí, estaba toda rajada. Y me acuerdo que aquel hombre tenía bata blanca, no sé si sería de médico, o sería de farmacia… Y cuando ya veía que no podía, porque no podía… El tablón le tenía pillado; a aquel había que cortarle los pies o yo qué sé. Y el hombre ya, me dijo: Vete, muchacho, vete… No ves ahí. –Ni me había dado cuenta yo- No ves la casa que está toda rajada, se va a caer y te va a pillar. Ya has hecho lo que has podido… Vete… Y dije: Pero cómo… ¡Aaaaah… Uuuuh!—
Nuevamente estira los brazos y se inclina para, con más dramatismo si cabe, escenificar lo que sucedía delante de sus ojos, el joven Txisko, con todas sus fuerzas trataba, en vano, de salvarlo de una muerte inminente.
–No, no puedo… Allí le tuve que dejar…”
Su voz se extingue. Enmudece; mira a la nada. [49]
Ϯ “Al fin mi novia y yo llegamos a un refugio, que en realidad era una calle cubierta en el centro de la villa. No me gusto el aspecto que tenía. Estaba repleto de gente y no estaba terminado. Le faltaban las planchas de acero del techo. Le dije a mi novia que deberíamos ir al refugio del ayuntamiento. Sabía que era tan seguro como cualquier otro de la villa. Pero ella no quería salir, “Deberíamos quedarnos aquí mismo”, imploraba ella. Estaba muy asustada pero finalmente la obligué a abandonar aquel refugio e ir al del ayuntamiento.
El refugio del ayuntamiento no estaba tan concurrido cuando llegamos y me sentí mucho mas aliviado. Pero casi en aquel mismo momento empezaron a sonar las campanas de la iglesia. Nos hallábamos cerca de la iglesia, pero aún teniendo eso en cuenta, parecían sonar alto y muy rápido. Un poco más tarde oímos el sonido de los bombarderos –arummm, aruumm- yo reconocía aquel sonido en cualquier lugar. Algunas personas lloraban y rezaban. Mientras escuchábamos el ruido de los aviones la gente se fue callando poco a poco.” [50]
Ϯ “El refugio de Andra Mari estaba lleno de gente cuando llegamos allí. Eran personas aterrorizadas, Como nosotros, y algunas estaban ensangrentadas. Pero por alguna razón no nos gustó ese refugio. Yo sabía que no me encontraba a salvo allí. Permanecimos en el refugio de Andra Mari durante unos veinte minutos, discutiendo sobre otros sitios a donde ir. Decidimos que el refugio del ayuntamiento sería más seguro, Así que nos dirigimos allí.” [51]
Ϯ “Entonces empecé a mirar por todos los refugios donde aún se oía a la gente y se sabía que seguían vivos. Fui al refugio de Andra Mari y comencé a buscar entre los escombros. Entonces vi algo que se movía. Eran unas piernas humanas. Parecían las piernas de una niña. El resto del cuerpo quedó atrapado bajo enormes montones de piedra y ladrillo. Era imposible hacer nada. Cuando me di cuenta de todo esto, me di la vuelta y eché a correr. No podía seguir la búsqueda. No podía soportarlo más. No comí ni dormí durante tres días.” [52]
Ϯ “Cuando llegué cerca de los refugios, pude oír los gritos de las personas que provenían de ellos. Todavía había algunas personas con vida bajo los escombros. Había montañas de material sobre algunos de ellos. Habría sido imposible sacarlos.
Preferiría morir que ver ese horror una vez más”. [53]
Ϯ “Al día siguiente salí del hospital y junto con unos hombres fui a los refugios en los que había quedado gente enterrada. Se comentaba que algunas personas aún estaban con vida. Vi el largo refugio que se había construido en una de las calles. No me explico cómo podía sobrevivir nadie en aquel lugar. Vi ambos extremos; los dos estaban cubiertos con toneladas de materiales. Me quedé en la villa dos días más, trabajando en el hospital. Sé que no habían sacado a nadie del refugio hasta entonces. Las tropas de Mola entraron después y no creo que tuvieran ninguna prisa en rescatar a esas personas. Teniendo en cuenta el factor tiempo, y el hecho de que estos refugiados estaban en el centro de la villa donde el fuego fue más intenso, no creo que nadie de los que murieron allí fuera identificado nunca. ” [54]
Ϯ “Los que estaban en el refugio situado entre Artekale y Barrenkale (cabían en él unas 450 personas) fueron muertos todos, a consecuencia de una bomba que cayó en la carnicería Ribera y derribó el edificio a cuyo costado estaba adosado el refugio, desplomándose éste sobre los allí refugiados” [55]
Ϯ “Me quede con el anciano y vimos como se extendían los fuegos. Pensé en Florentina y en la tía Pascuala, que habían dejado la tienda después de nosotras y que probablemente estarían atrapadas en el refugio de la calle Andra Mari. Estaba justo al lado de la entrada de la tienda de Florentina y no se por qué razón yo no fui allí también. Era horrible pensar en esas dos mujeres. Habían sido tan buenas conmigo.” [56]
Ϯ “ Después del bombardeo vine por la carretera de Bermeo y traté de ayudar a la gente en todo lo que pude. Ayudé a sacar a algunas personas de un refugio. Había otro refugio donde habían muerto todos. Estaban atrapados bajo de los edificios y no había forma de sacarles antes de que el fuego nos obligara a alejarnos.” [57]
Ϯ “Y el P. Goicoechea se marchó al refugio de la calle Sta. María, donde se hallaba mi madre. En este refugio murieron todos menos un niño que se salvó. …/… Nuestra madre no fue hallada, pero suponemos que murió en el refugio de Sta. María.
…/… De Bermeo pasamos a Bilbao a los tres días. Nada supimos del paradero de nuestra madre.
…/… En Bilbao vi al enterrador de Guernica. Le pregunté a ver si había visto a mi madre. Me contesto que no. Añadió que en Guernica quedaron muchos cadáveres sin identificar. Además, como no cabían en el cementerio todos los cadáveres, muchos –sobre todo miembros: cabeza, manos, piernas, etc.– eran quemados en hogueras que al efecto se encendieron en la plazuela de Ibarra de San Juan. Calculaba el enterrador que más de 2.000 individuos fueron muertos en Guernica por el bombardeo de los aviones de Franco.” [58]
Obsérvese (dentro del circulo) los restos de los troncos del techo del refugio hundido. En el centro-izquierda la Plaza de los Fueros (Ayuntamiento)
Ϯ “Yo prestaba mis servicios como enfermera-auxiliar en el Hospital Militar de Karmele Deuna.
…/… Hacia las 4½ de la tarde apareció sobre Guernica un avión, volando más bajo que de costumbre y como en plan de reconocimiento por lo que infundió sospechas. Las campanas repicaron peligro y la gente se precipitó a los refugios y parte al campo a cobijarse bajo los árboles y zarzales. …/… En efecto; después de dar dos o tres vueltas sobre el pueblo, lanzó cinco o seis bombas y se retiró.
…/… Un refugio en construcción, adonde corrió la gente, fue destruido por una bomba, muriendo sepultadas en él muchísimas personas.” [59]
Ϯ “ … nos metimos en un refugio entre dos calles. Estando allí oímos cómo los aviones ametrallaban las calles: cayeron, además, varias bombas. Me pareció no muy sólido el refugio (aún parecía no bien terminada su construcción; por lo que invité a mi compañero y al chófer de nuestro coche a salir, en cuanto ya no percibíamos ningún avión. Salimos, pues, y tomamos nuestro coche: no se veía persona en las calles.” [60]
Ϯ “Al pasar junto al refugio de la calle Santa María, ayudado de unos contratistas, sacamos algunos heridos para llevarlos al Hospital, dejando solamente cadáveres… “ [61]
Ϯ “En el refugio de Santa María murieron 45 personas” [62]
© “Carlos Alcíbar, de Deva, pudo escapar medio asfixiado, y tras él ya no surgió nadie, pese a que unos instantes antes varias manos le habían tirado con desesperación de los pantalones.” [63]
© * “ En el refugio de Santa Maria vi un cuadro dantesco, con gente enterrada y semienterrada, lleno de moscas (…).”
* “ Un tío suyo que se quedó en Gernika sacó de aquel refugio más de 30 cadáveres, la mayoría quemados”
* “Al día siguiente fui al refugio, donde tenía miedo de meterme, ¡uf!. En el medio medio cayó la bomba, las maderas para arriba sacó y la gente estaba allí pegada en el techo (…). Había guardias con chamarras y todo lo que pilló para arriba (…). Luego subí encima del refugio, de entre dos calles, estaba quemado, y encima brazos, piernas, cabezas (…), una carnicería (…)” [64]
Por desgracia, bien por falta conocimientos más precisos, por la urgencia con que se construyeron, y también porque por ninguna de las mentes de nuestros rectores había pasado la idea de un bombardeo de semejantes proporciones, la triste realidad es que los refugios eran bastante deficientes y uno de ellos, el de la calle de Santa María, se vino abajo, sepultando a muchas personas. Las escenas que se vivieron alrededor de este refugio tuvieron que ser dantescas y todavía, tras haber leído y releído una treintena de veces estos relatos, me sigo emocionando cuando imagino, oír a la gente atrapada pidiendo auxilio, los intentos desesperados para apartar los escombros, el fuego avanzando, el tener que abandonarlos finalmente, …

Aquí estaba ubicado el refugio. Al fondo de la calle Andra Mari, a la izq., la iglesia del mismo nombre
Debo aclarar que entre los incógnitas que se me plantean a lo largo de este pequeño trabajo, una de ellas es que en el caso de este refugio de Andra Mari, de trágico recuerdo y cuyo suelo piso casi a diario, no me salen las cuentas.
Lo aclaro, se recoge de prácticamente todos los testimonios que el refugio estaba repleto de gente cuando comenzó el bombardeo, hasta el punto de que muchas personas no consiguieron un hueco en él. Teniendo en cuenta sus dimensiones, sobre todo su longitud, debería poder dar cabida a muchas más de las 45-50 personas que perecieron en él y todos coinciden en que todos sus ocupantes murieron salvo unos contados casos.
Se desprende de los testimonios que varios de los testigos abandonaron este refugio, antes de su destrucción, ante la inseguridad que les transmitía. El refugio del doctor Domingo Alegría distaba unos escasos 50 mts. pero era pequeño (15 personas) y ya tenía problemas. El refugio del Ayuntamiento calculo que distaba unos 150 a 200 mts., sólo había que atravesar la estrecha calle de Artekale, subir un pequeño tramo de la calle Santa María y torciendo a la derecha atravesar a lo largo la plaza de los Fueros para llegar a los soportales del Ayuntamiento, entrada al refugio. Consta que varias personas lo hicieron antes de que también el Ayuntamiento fuese alcanzado y se derrumbase.
Con lo que nos quedan tres hipótesis: murieron en él más personas de las que se datan, los abandonaron previamente casi el doble de los que murieron en él, o se salvaron muchos de su ocupantes (probablemente los que estaban cerca del extremo que daba a Artekale que en las fotos parece menos tocado). Ya sabemos que es difícil sobrevivir a la detonación de una bomba de 50 o 250 kg. a una distancia tan corta, pero por esas casualidades de la vida y la muerte, los otros cuerpos más cercanos reciben y absorben gran parte de su fuerza destructiva y tampoco tenemos la seguridad de que la bomba de 50 o 250 kg. impactase directamente sobre el refugio, también es posible que lo hiciese sobre uno de los edificios laterales (la carnicería de Ribera) y esta construcción al derrumbarse aplastase el refugio. Ambas hipótesis son válidas si nos atenemos a los testimonios. Elucubraciones al fin.
11) CHALET DE ESPERANZA (Calle Iparraguirre) :
Construido por los de Transportes (suponemos que se refiere a los trabajadores del ferrocarril) en el jardín del Chalet de Esperanza, entre las calles Loizaga y Iparraguirre, propiedad de los suegros de Castor Uriarte, que nos cuenta de el:
Tras salir del refugio de la casa de Loizaga y pasar por la calle San Juan, examinando los destrozos causados por las bombas arrojadas por los primeros aviones y ante la aparición de la gran formación de Junkeres 52, relata Castor…
© “y rápidamente me metí en el pequeño refugio que los de Transportes habían hecho en el jardín de nuestra casa y de la de mis suegros, y allí estuve, acompañado de mi chófer José de Guruchaga y otras personas, hasta que termino el bombardeo, que duró hasta las ocho menos cuarto de la tarde” [65]

En resumen estaba construido en el jardín que rodeaba el chalet y era pequeño, preparado para cobijar a unas pocas personas, que respondía a las necesidades de aquellos que lo construyeron, los trabajadores de transportes.
A él se podía acceder desde el inicio de la calle Loizaga, frente a los dos portones para el acceso de carga a la derecha de la propia Estación y también desde la calle Iparraguirre (hoy con un trazado variado) que atravesaba diagonalmente desde la calle Adolfo Urioste (a la altura de la actual “Totoricagüena” hasta la calle La Vega (el actual “chino”). Sin conocer otros detalles sobre el, podemos suponer que también fue construido con troncos y sacos terreros por lo que lo incluimos en este grupo.
Tengo un palpito de que podía estar semienterrado en el suelo, lo que resulta lógico en una zona ajardinada con el suelo de tierra, pero no deja de ser una suposición.
12) C/ ASILO CALZADA (Patio del Cuartel de Forales ó Miñones) :
Estaba entre ubicado en el patio que existía entre el cuartel y la casa de la familia Uribe podemos ver el lugar en la foto pero desconocemos las características de este refugio, por donde se entraba, etc. Supongo que a través de esa tosca escalera inclinada, apoyada en la pared que dividía el cuartel de los Forales del edificio del al lado en cuyos bajos estaba la Caja de ahorros.


13) PLAZUELA DE SARASPE (C/ Asilo Calzada) :
Sobre este refugió no tengo ningún dato hasta el presente por lo que desconozco si era un refugio de superficie al estilo del de la C/ Santa María como supongo ó era una sótano habilitado.

Si observáis la foto con detalle lo que se ve a la izquierda parece un apilamiento de sacos terreros.
14) PLAZUELA DE LA ESTACION :
No esta acabado y nada sabemos de él, más que alguna vaga referencia.
GRUPO V ___________________________________________
15) IGLESIA DE SAN JUAN :
Ubicado en la sacristía, lado norte de la iglesia, no estaba terminado.
Citando el libro “Memoria Colectiva del bombardeo de Gernika”, un baserritarra que había intervenido en la construcción de este refugio, dice que no lo acabaron porque no había sacos. (pág. 127).
16) IGLESIA DE SANTA MARIA :
Incluimos esta ubicación en la que, si bien no se había realizado ninguna obra para adaptarla como tal, tenemos varios testimonios de personas que se refugiaron en la Iglesia, bien por considerarla la construcción mas solida, o por un componente religioso.
Ϯ “Llegue a la iglesia de Andra Mari cuando empezaba el bombardeo intenso. Había mucha gente allí, entre ellos dos curas jesuitas, los hermanos Goikoetxea, que estaban tratando de tranquilizarnos y darnos ánimo. El padre Juan José nos aconsejó de que hiciéramos un acto de penitencia y después nos absolvió de nuestros pecados y nos dijo que todos iríamos al cielo si moríamos. Él se fue poco después, diciendo que muchas gente necesitada de ayuda espiritual. El Padre Fidel se quedo con nosotros.
Estábamos algo más tranquilos cuando las explosiones comenzaron de nuevo. Me refugié bajo el coro. De pronto oí una explosión y la puerta de atrás de la iglesia se abrió. Entro tierra y algunas piedras y el humo lleno el aire. Tenía miedo de moverme. Esperé hasta que reinó el silencio. Los aviones se alejaban. Después de un minuto miramos hacia fuera. Había un gran agujero en la calle, justo detrás de la iglesia. El agua corría por todas partes. Una bomba había roto la línea principal de agua.” [66]
Ϯ «Por suerte, una bomba demoledora que les tiraron fue a caer al lado contrario al que ellos se encontraban. Aquello fue un auténtico milagro, la bomba quedó enterrada e hizo un círculo de 15 metros. Fue la salvación porque, de haber caído en el otro lado, la gente allí refugiada hubiese hallado la muerte. » [67]
Ϯ “ [sigue del testimonio nota nº 36]. Cuando las campanas sonaron por la tarde, una de mis hermanas y yo fuimos allí otra vez. Mi hermana se quedó debajo de la galería del coro. Pensó que aquel sería el sitio más seguro. Yo subí al campanario porque mi padre insistía que ése era el sitio más seguro. Estaba lleno de gente cuando llegué.” El campanario de la iglesia de Andra Mari estaba repleto de gente cuando llegaron los bombarderos. Después vinieron las explosiones. Sacudieron el campanario. La gente gritaba. El aire estaba lleno de polvo. Alguien rompió algunas ventanas pequeñas para que pudiéramos respirar. Después oímos otra oleada de aviones acercándose. Yo no quería quedarme en el sitio donde estaba. No creía que el campanario fuera un sitio seguro y no entendía por qué la gente pensaba que sí lo era. Algunos de nosotros nos fuimos y bajamos a la parte de atrás de la iglesia. Nos escondimos en una habitación detrás del altar principal. Oímos más explosiones. Se acercaban. Estábamos estremecidos de terror. Luego, una fuerte explosión. La puerta se cerró de golpe. Una gran bomba había caído muy cerca de nosotros. Oíamos a los aviones alejarse. Queríamos salir. Pero la puerta no se abría. Se había tascado. Empujamos tan fuerte como pudimos, pero no se podía abrir. Estábamos atrapados. Algún tiempo después oímos nuevos bombarderos pasar por encima de nosotros. Todo lo que podíamos hacer era rezar.” [68]
Ϯ “Yo trabajaba como sirvienta en casa de una pareja de ancianos en Gernika. Todos temíamos un posible bombardeo. Sin embargo, como el marido de la señora sufría bronquitis, le era imposible acudir a uno de esos refugios. No podía respirar en un lugar tan concurrido. La mejor alternativa, nos parecía, era la iglesia de Andra Mari, y es allí donde les lleve después de la comida, cuando oímos las campanas de alarma. No obstante yo no entre en la iglesia con ellos. Había oído tantas alarmas aquel día que no temía un bombardeo.” [69]
La sacristía de la Iglesia de Santa María, que comenzó a arder. A la derecha la Taberna Vasca y Goienkale
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D.-OTROS TESTIMONIOS Y CITAS SOBRE LOS REFUGIOS
Ϯ «… la población se precipitaba alocada hacia los refugios construidos en las mismas calles, apoyados en las casa y cubiertos por troncos y sacos terreros. …/… La gente se agolpaba en los refugios, nunca suficientes, en portales, tratando de bajar a las ciegas y estrechas bodegas entre empujones y gritos de terror» [70]
© “Pedro Calzada, más conocido como Kaixao, cumplió cuarenta años el día mismo en que los infiernos decidieron abrir una sucursal en Gernika. Las bombas, las explosiones, el incendio, no le afectaron directamente, ya que pudo poner tierra de por medio; pero cuando todo terminó, su yunta de bueyes, su carro y él mismo fueron movilizados para conducir cadáveres al cementerio. Pobre carne muerta, macerada, chamuscada, en querencia de una última morada.
Aquella tarea que realizó en triste exclusiva o, por lo menos, sin apenas competencia se prolongó durante varios días, incluso cuando la villa había pasado ya a manos de los nacionalistas y sobre las ruinas ondeaba la bandera rojigualda.
— Yo transporté a muchos de los muertos. A unos setenta y cinco o así. A otros, el mismo número o tal vez menos, se los llevaron en angarillas, sobre persianas, sobre escaleras de mano; en fin, sobre todo lo que se pudo encontrar.—
Kaixao se hizo cargo de los cadáveres que aparecieron entre las ruinas del refugio de Santa María, el Asilo Calzada y los escombros de las casas: En estas últimas habían muy pocos restos humanos, ya que, por sus características y la de la propia villa de Gernika, la incursión permitió que la gente escapase o se pusiese a cubierto, en el lapso de tiempo transcurrido entre la aparición del primer avión —popularmente llamado el chivato— y la llegada de las oleadas. Sólo algunas personas ancianas o impedidas continuaron en sus domicilios. (Nos dice Vicente Talón en «Arde Guernica»)
Las cifras de Kaixao, que mientras vivió fueron confirmadas por Julián Lejárraga, sepulturero de Guernica por aquellas fechas, pueden también constatarse en labios de otros supervivientes de la tragedia.” [71]
Ϯ “Después de que las tropas entraran en Gernika, a los hombres de las aldeas de los alrededores nos obligaron ir a Gernika y ayudar a retirar los escombros. Yo fui uno de esos hombres. Trabajamos primero en las calles principales. Entonces empezamos a trabajar en las calles laterales. En varias ocasiones nos negamos a seguir trabajando. Había cadáveres parcialmente descompuestos, y pedazos de cuerpos entre los escombros. Las náuseas y el mero pensamiento de que éstos habían sido nuestros amigos, hacían imposible el trabajo. Pero cada vez que nos deteníamos, nos amenazaban y teníamos que volver al trabajo. Era insoportable. Nos colocamos pañuelos en la nariz y en la boca, y cerrábamos los ojos cuando recogíamos los cuerpos o pedazos de cuerpos que colocábamos en carros tirados por bueyes. Y trabajamos hasta que limpiamos todas las calles” [72]
Ϯ “Se construyeron unos refugios con sacos de arena que eran totalmente inútiles, pero entonces nosotros no sabíamos nada porque no había conocimientos de lo que eran los bombardeos. A los muchachos nos divertía todo aquello y ayudábamos a cargar los sacos y a montar en los camiones para su transporte.” [73]
Ϯ «Los refugios eran lo más primitivo, eran sacos terreros; la verdad es que algo hacían pero si los ataques hubieran sido directos contra ellos allí no se habría salvado nadie» [74]
Ϯ “De mi padre y de mi otro hermanos no sabíamos nada. A mi hermano le quedó tal trauma que cuando nos fuimos de Gernika a Bilbao se pasaba todo el día metido en un refugio que había cerca de donde nosotros vivíamos. Teníamos que llevarle allí la comida porque se negaba a salir. Pese a que le decíamos que allí no pasaba nada, veía un avión y se echaba al suelo. Luego, cuando creció, los días de tormenta se ponía mal.” [75]
Ϯ «Antes del bombardeo, el gudari me dijo: ‘Roberto, hay información de que van a bombardear Guernica’. No sé de dónde lo sacó. Se lo dije a mi padre. Él le habló a un amigo vecino: ¿por qué no hacemos un refugio? Lo construyeron a 15 metros del río. Sacaron la tierra y le pusieron encima unas ramas para disimularlo. Entrarían 20 personas a lo sumo.
El 26 de abril, a las 3 de la tarde, aparecieron los aviones. Primero vino uno, dio una revisada. En esos momentos mi madre estaba en la casa. Con mi padre habíamos ido a una montaña que estaba cerquita a juntar hongos. Cuando estábamos en eso, pasó otro avión. Al rato vinieron tres, seis, nueve, doce y hasta quince aviones. Ahí nomás empezaron a bombardear. Mi madre salió del piso y se metió en el refugio. Y también los vecinos que vivían por allí. Desde los aviones los vieron, porque volaban a sólo 200 metros del suelo. Bombardearon desde las 3 hasta las 7 de la tarde: descargaban las bombas, se iban a Burgos, cargaban de nuevo y volvían. Es la prueba que hizo la aviación alemana con los famosos Junkers y Heinkel».
–¿Había también aviones italianos?
–Si, pero casi todos eran alemanes. Al refugio le tiraron una bomba que cayó entre el río y el barro, pero explotó con poca potencia, una metralla alcanzó a una de las mujeres. Salieron entonces del refugio y se escondieron dentro del pasto que había en el río. Mi abuelita y mi madre estuvieron escondidas ahí, cuatro horas agachadas entre el agua y el barro. Cuando terminó el bombardeo, lo primero que hicimos fue ir a casa, y entonces vimos que ellas estaban en la huerta, y que la ciudad se estaba quemando toda, como Roma cuando la quemó Nerón. En el puente asesinaron a mucha gente, porque los aviones venían después del bombardeo y ametrallaban. Se quemaron todas las casas, uno veía cómo se derrumbaban. Siempre teníamos la idea de que murieron unas mil personas. Mi madre y mi abuelita lloraban, yo no, pero viéndolas a ellas me quedaba medio tristón. [76]
Ϯ “ Las bombas rompieron e incendiaron los refugios hechos en las calles con troncos y sacos de arena. “ Esto produjo unos atascos dramáticos que impedían la salida de los refugios y muchos murieron enterrados entre cascotes y luego quemados.” [77]
Ϯ “De mi padre y de mi otro hermanos no sabíamos nada. A mi hermano le quedó tal trauma que cuando nos fuimos de Gernika a Bilbao se pasaba todo el día metido en un refugio que había cerca de donde nosotros vivíamos. Teníamos que llevarle allí la comida porque se negaba a salir. Pese a que le decíamos que allí no pasaba nada, veía un avión y se echaba al suelo. Luego, cuando creció, los días de tormenta se ponía mal.” [78]
Ϯ Mucha gente de Gernika que vivió el bombardeo se volvió loca y murió loca” Cuenta de su madre y su hermano cuando llegaron a Sukarrieta tras el bombardeo : “Traían cara de locos, a mi me daba la sensación de que toda la familia se había vuelto loca. Traían el terror dibujado en el rostro.” [79]
Ϯ Ante la pregunta: ¿Cómo eran los refugios?: “Creo que todos estaban construidos de igual forma. Recuerdo unos troncos como de pino, y el tejadillo era de sacos de arena superpuestos. El fondo de aquel tercer refugio, por ejemplo, era la puerta de una cuadra de la casa de los familiares del conocido Joan Mari Torrealdai. Allí vivía su familia, y la puerta nos hacía de tabique de fondo. Estando allí empezaron a sonar los bombazos, ruidos de ametralladora, y ya no pude salir del refugio como las veces anteriores. [previamente, con las primeras falsas alarmas, había estado en los refugios del Ayuntamiento y en los del Paseo de la Unión] Fue algo espantoso.
De vez en cuando entraba gente nueva, y todos traían noticias desastrosas: tal casa ardiendo, bombas caídas en la estación, heridos, muertos…/… Nosotros tratábamos de rezar a cada momento, pero no terminábamos la oración, porque cada bombazo nos dejaba con la boca abierta y espantados…/…
La cuadra del último refugio en el que estuve comenzó a arder, pero como afortunadamente la aviación se iba ya hacia Gasteiz, pudimos salir todos, hasta el ganado.
[se refugiaron en Errigoitia] Desde Errigoitia veíamos las nubes rojas que cubrían Gernika, y es que, a los tres días el pueblo todavía ardía.» [80]
…………………………………………………………….…………………………………………..
E.- RESUMEN DE LAS CONCLUSIONES SOBRE LOS REFUGIOS RECOGIDAS EN “MEMORIA COLECTIVA DEL BOMBARDEO DE GERNIKA” dirigido por María Teresa Cava Mesa y sus colaboradores.
- La mayoría de los entrevistados habla de la precaria seguridad que ofrecían la mayoría de los refugios, excepción hecha de los que se construyeron en las fábricas.
- Algunas personas rechazaban la posibilidad de utilizarlos en caso de bombardeo, entre ellos un carpintero que participó en su construcción.
- El 52,6 % de los entrevistados corrió a refugiarse a lugares a la intemperie, ya fueran zanjas, matorrales, campo abierto o bajo los árboles (28,8 %); huertas (6,3 %); el monte (17,5 %).
- A los refugios sólo acudieron el 18,8 % de los entrevistados.
- El papel jugado por los sacerdotes a través de la oración es resaltado por muchos entrevistados.
- Mientras una cuarta parte de los hombres acudió a refugiarse a los montes, ninguna mujer escogió esta opción.
- Es más significativo el porcentaje de mujeres que acudieron a un refugio (28 %) que el de los hombres (14,5 %).
- Sumando el porcentaje de “refugio” y “caserío” que suponen un lugar cubierto, frente a la intemperie, obtenemos que más mujeres que hombres (el 44 % frente al 23,6 %) optaron por la búsqueda de un techo. Ahora bien, no debemos dejar de considerar que el 4 % de las mujeres se refugio en huertas, o bien en zanjas.
- El 29,4 % de los habitantes del casco urbano optó por la zanja y un 34,6 % de los baserritarras hizo lo mismo. Pero el 43,5 % de los que encontraron su protección en las zanjas eran del pueblo, frente al 39,1 % de gente viviendo en caseríos.
- El 32,4 % de los habitantes de Gernika, optó por los refugios del pueblo. Hablamos siempre de gente entrevistada y no de población en general.
- El refugio elegido por los baserritarras se reparte entre la zanja: 34,6 % y el propio caserío: 26,9 %.
- La mayoría de los gudaris (53,3 %) se refugió en los montes próximos.
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NOTAS ACLARATORIAS DEL AUTOR:
La razón de este formato de trabajo, en que se agrupan distintos testimonios de supervivientes del bombardeo y citas de autores que han tratado el tema, estriba en que, he considerado que agrupando sus experiencias por refugios, en lugar de dispersos en distintos trabajos, podemos hacernos una mejor idea de sus características y de las vivencias que en ellos tuvieron lugar.
Podréis comprobar que en algunos casos la numeración de las citas no sigue el orden correlativo. Esto se debe a que son citas que he ido incluyendo con posterioridad a dar forma al trabajo, cosa que seguiré haciendo en el futuro. El ponerlas en orden correlativo cada vez que inserto un nuevo testimonio o cita me obligaría a un ingente trabajo que creo no imprescindible para la correcta interpretación y referencia de las fuentes. Al final, cuando lo considere suficientemente desarrollado, procederé a ordenarlas correlativamente.
También debo pedir perdón por utilizar en unos pocos casos, citas de segunda mano, como en le caso de las citas de Joseba Elosegui que recojo de la obra de Niebel y Egaña, «GERNIKA, memoria de un pueblo bajo las bombas y el fuego». En la gran mayoría de los casos he ido a las fuentes originales, como debe ser.
Indico al principio de este pequeño trabajo que esta en continua construcción y es totalmente cierto, ya que no hay día que no lo repase o corrija algún detalle.
También he observado que su visión según y en que PC aparece ligeramente distorsionada. Aclaro que yo, tras corregir el esquema continuamente lo visiono a la perfección. De todas formas estoy seguro de que se debe a mi falta de conocimientos mas profundos del lenguaje HTML, que procurare enmendar en el futuro.
Los planos CAD y acuarelas incluidas son mías en todos los casos. No descarto incluir más si lo considero necesario para su mejor comprensión.
Tampoco me olvido del tema del Euskera. Procuraré colgarlo en bilingüe.
ESKERRIK ASKO por vuestra paciencia ¡ …ETA HURRENGO ARTE!
BIBLIOGRAFIA:
A : “EL DIA EN QUE GERNIKA FUE BOMBARDEADA” , 2013. William Smallwood.
B : “LA GUERRA CIVIL EN EUSKADI. 136 testimonios inéditos recogidos por José Miguel de Barandiaran”. Ediciones Bidasoa, 2005.
C : “BOMBAS Y MENTIRAS SOBRE GUERNICA”, Castor de Uriarte Aguirreamalloa. Gráficas Ellacuría, 1976.
D : “GUERNICA”. Jesús Salas Larrazabal. Ediciones Rialp, Madrid, 1987.
E : “DURANGO, 31 de marzo de 1937”, Jon Irazabal Agirre. Ed. Gerediaga Elkartea, 2001.
F : “ LA GERNIKA DE RICHTHOFEN”, 2012. Xabier Irujo. “Gernikako Bakearen Museoa Fundazioa” y “Gernika-Lumoko Udala”.
G : “ EL ARBOL DE GUERNICA” (“The Tree of Guernika”) . George L: Steer. Ediciones Gudari, 1963.
H : “MAIZALES BAJO LA LLUVIA”, Aitor Azurki. Ed. Alberdania S.L., 2011
I : “DIALOGOS DE GUERRA. EUSKADI 1936”. Carlos Blasco Olaetxea. Donosti – San Sebastián, 1993
J : “ARDE GUERNICA”, Vicente Talón. G. del Toro Editor, Madrid, 1973
K : “MEMORIA COLECTIVA DEL BOMBARDEO DE GERNIKA”, Maria Jesús Cava Mesa con la colaboración de María Silvestre y Javier Arranz. “Gernika gogoratuz”, 1996.
L : «GERNIKA. Memoria de un pueblo bajo las bombas y el fuego», Ingo Niebel y Juantxo Egaña. Astero, 2012.
NOTAS:
[1] “E”, pág. 38
[2] “C”, pág. 162
[3] “F”, pág 196
[4] “E”, pág. 38
[5] “D”, pág 53
[6] “D”, pág. 76, 77
[7] “C”, pág 50
[8] “C”, pág 164
[9] “I”, Testimonio de Joseba Elosegi, pág. 82 a 85
[10] “G”, pág 144
[11] “B”, pág. 603. José de Labauria. Nota 588 pág. 530
[13] “C”, pág. 164
[14] “A”, pág 28. Castor Uriarte
[15] “A”, pág. 57. Xabier Alkorta
[16] “A”, pág. 58. Teodora Neskamea (P)
[17] Miren Gomeza Ibieta. Testimonio en pdf, recogido en la web
[18] “A”, pág. 39. Iraulza Asla (P)
[19] “B”, pág. 604. José Labauria
[20] “A”, pág. 34. Maria Angeles Basabe, “Aingerua”
[21] «L», pág. 59. Luis Iriondo
[22] “A”, pág. 65. Patxike Irratia (P)
[23] «A «, pág. 71. Miren Aguirre
[24] “B”, pág. 140. Dña. N.N.
[25] “B”, pág. 173. María de Medinabeitia. Testimonio recogido el 30 de agosto de 1937 en Bayona (Iparralde)
[26] “J”, pág. 106
[27] “A”, pág. 110, Jon Aitita (P)
[28] “A”, pág. 111. Maria Fe Ormaetxea
[29] “A”, pág. 111. Pedro Asla (P)
[30] “A”, pág. 112. Gorka Egaña
[31] “B”, pág. 603, 604. Testimonio de José de Labauria, Alcalde de Gernika durante el bombardeo, recogido el 2 de abril de 1938 en Bidart (Iparralde).
[32] “K”, pág. 130
[33] “C”, pág. 74. Arquitecto Municipal de Gernika y Jefe de bomberos desde 1928
[34] “L”, pág 58. Joseba Elosegi
[35] “A”, pág. 26, 27. Deunore Labauria, 15 años el día del bombardeo (hija del alcalde José de Labauria)
[36] “A”, pág. 63. Deunore Labauria
[37] “K”, pág. 130,131
[38] “C”, pág. 164. Castor Uriarte
[39] “A”, pág. 25. Castor Uriarte
[40] “F”, Nota 589, pág. 531. Recogido de el diario “El Sol” “Mas relatos impresionantes sobre la saña y la crueldad con que procedieron los rebeldes españoles en Guernica”. 27 de Mayo de 1937
[41] “J”, pág. 106, 107. Informe Herrán
[42] “C”, pág. 164. Castor Uriarte
[43] “A”, pág. 40. Mercedes Irala
[44] ( ? )
[45] “A”, pág. 110. 111. Jon Aitita (P)
[46] “A”, pág. 67, 68. Sebastián Uría
[47] “J”, pág. 106
[48] “J”, pág. 105
[49] “H”, pág. 401. Testimonio de Miguel Fco. Lafuente Biribal, “Txisto”, fusilero del Batallón Meabe nº II Stalin (JSU) [50] “A”, pág. 65, 66. Santiago Ondarru (P)
[51] “A”, pág. 66. Uxua Mitxelena (P)
[52] “A”, pág 122. Federico Iraeta
[53] “A”, pág 123. Francisca Arriaga
[54] “A”, pág 123. Augusto Barandiaran
[55] “B”, pág. 604. José de Labauria
[56] “A”, pág. 111. Maria Fe Ormaetxea
[57] “A”, pág. 113. Juan Sistiaga
[58] “B”, pág. 173, 174. María de Medinabeitia. Testimonio recogido el 30 de agosto de 1937 en Bayona (Iparralde)
[59] “B”, pág. 317, 318. Guadalupe Urquiola. Testimonio recogido el 3 de diciembre de 1937 en Jatxon (Lapurdi)
[60] “B”, pág. 484. Julián de Busturia, de 32 años, natural de Bilbao, delineante Firestone Hispania. Testimonio recogido el 14 de enero de 1938 en Biarritz
[61] “C”, pág. 80. Castor Uriarte
[62] “C”, pág. 82. Castor Uriarte
[63] “J”, pág. 105
[64] “K”, pág. 151
[65] “C”, pág. 74. Castor Uriarte
[66] “A”, pág. 72, 73. María Abascal
[67] «L», pág. 65. Garbiñe Arzanegi
[68] “A”, pág. 40 y 72. Mercedes Irala
[69] “A”, pág. 58. Teodora Neskamea (P)
[70] «L», pág. 63. Joseba Elosegui
[71] “J”, pág. 93, 94, 95
[72] “A”, pág. 124, 125. Pedro Agirre
[73] Testimonio de Luis Iriondo
[74]
[75] «K», Luis Iriondo
[76] Diario argentino «La Voz», 27.4.2008. «Sobrevivir en Guernica»
[77] «L», pág. 75. Joseba Elosegi
[78] «L», pág. 72. Luis Iriondo
[79] «L», pág. 62. Garbiñe Arzanegi
[80] Mari Angeles Basabe. Diario Gara, 25 de abril de 2004
[81] Luis Iriondo («El Chico de Guernica». Ediciones Ttarttalo. Colec. Abra, pag. 159-160
[82] Luis Iriondo («El Chico de Guernica». Ediciones Ttarttalo. Colec. Abra, pag. 81-82
[83] Luis Iriondo («El Chico de Guernica». Ediciones Ttarttalo. Colec. Abra, pag. 39-40
[84] Luis Iriondo («El Chico de Guernica». Ediciones Ttarttalo. Colec. Abra, pag. 44
Publicado por JulenMunitis en 29/01/2014 en BOMBARDEO DE GUERNICA
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Cronología horaria del bombardeo
En esta infografía, sobre una vista panorámica de Gernika hacia 1930, tomada desde la ladera baja del monte Aixerrota, se representa en una barra horaria, la cronología del bombardeo. Arriba, sobre fondo en color, el horario de salida de las aeronaves de sus respectivos aeródromos. Abajo, sobre fondo en gris, la llegada a Gernika. Representando el modelo, país de origen y numero de aeronaves.
Publicado por JulenMunitis en 30/11/2013 en BOMBARDEO DE GUERNICA
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Plano trayectoria del Dornier 17
Publicado por JulenMunitis en 30/11/2013 en BOMBARDEO DE GUERNICA
Etiquetas: bombardeo de Gernika, Dornier 17
Plano de circulación Gernika 1937
En este plano se representa como era la circulación de vehículos en Gernika, antes del 26 de abril. Ya que la calle Artecalle era inhábil debido a su estrechez, para una transito directo Bilbao-Bermeo o viceversa, todo el transito se desviaba por el ensanche o zona nueva de la población, calles Ocho de Enero y Don Tello, siendo la plaza de la Estación punto de paso o destino obligado de toda la circulación, siendo esta, con toda seguridad, bastante escasa.
Publicado por JulenMunitis en 30/11/2013 en BOMBARDEO DE GUERNICA
Etiquetas: bombardeo de Gernika, Gernika 1937
Recorrido de los Savoia-Marchetti 79
Publicado por JulenMunitis en 30/11/2013 en BOMBARDEO DE GUERNICA
Etiquetas: bombardeo de Gernika, Savoia-Marchetti 79
Recorrido del Donier 17
Publicado por JulenMunitis en 30/11/2013 en BOMBARDEO DE GUERNICA
Etiquetas: bombardeo de Gernika, Dornier Do-17
Recorrido de los Heinkel 111
Publicado por JulenMunitis en 30/11/2013 en BOMBARDEO DE GUERNICA
Etiquetas: bombardeo de Gernika, Heinkel 111
Recorrido de los Junker 52
Publicado por JulenMunitis en 30/11/2013 en BOMBARDEO DE GUERNICA
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Refugio de la calle San Juan (Casa de Loizaga)
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Refugio de la calle Industria (Frontón de mano)
Publicado por JulenMunitis en 30/11/2013 en BOMBARDEO DE GUERNICA
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Alzado lateral Refugio de la calle Santa María
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Etiquetas: bombardeo de Gernika, refugio de Andra Mari, refugio de la calle Santa María
Alzado frontal Refugio de la calle Santa María
Publicado por JulenMunitis en 30/11/2013 en BOMBARDEO DE GUERNICA
Etiquetas: bombardeo de Gernika, refugio de Andra Mari, refugio de la calle Santa María
BSK 36
Publicado por JulenMunitis en 26/11/2013 en BOMBARDEO DE GUERNICA
Etiquetas: bombardeo de Gernika, ESAC 250