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I.- LA ANTIGUA RELIGION PAGANA VASCA

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La antigua religión precristiana es de carácter ctónico (subterraneo), teniendo todos sus personajes su morada bajo tierra y no en el firmamento o cielo, que aparece como un paraje vacío por el que Mari y Maju viajan de una montaña a otra o pastorean rebaños de nubes.

La tardía cristianización de nuestro suelo, sobre todo de aquellas zonas más alejadas de las vías de acceso  romanas, explicaría la supervivencia, con más fuerza y carácter que en los territorios aledaños, de la primitiva religión hasta estadios muy tardíos, si los comparamos con el resto de Europa. Así encontramos restos de asentamientos paganos en las estribaciones de Aralar aún en el siglo XIII y el arquetipo de la diosa Mari ha sobrevivido, aun demonizado por la Iglesia, casi hasta nuestros días.

La similitud de creencias y númenes extendida por una extensa área norteña e incluso mediterránea y atlántica europea, nos induce a pensar en una mismo origen neolítico de tales creencias, particularizado luego en cada zona étnica y anterior a la llegada de los pueblos indoeuropeos, con un sistema de creencias de

sustrato notablemente diferente (Dioses no ctónicos sino celestes, personificados por seres humanos con los mismos vicios y virtudes de éstos, patriarcado frente a matriarcado, etc.)

Hubo un tiempo en el que la cosmovisión de las primeras culturas europeas en nada se diferenciaba de la del resto de pueblos indígenas de nuestro planeta. Durante un inmenso periodo de más de 35.000 años (del Paleolítico al Neolítico) y según las evidencias del arte simbólico prehistórico y las mitologías arcaicas, una misma cosmovisión en torno a la figura de la Gran Madre Naturaleza fue compartida en todo el continente euroasiático: desde el Cantábrico hasta Siberia, llegando hasta Oriente Próximo y el Valle del Indo.

Esta visión de la naturaleza como una Gran Madre era ya plasmada en el arte prehistórico hace nada menos que 40.000 años (Venus de Hohle Fels) y sobrevivió como figura central de la mitología Europea hasta hace unos 5.000 años, cuando los primeros pueblos militarizados comenzaron a imponer una nueva forma de concebir el mundo que se prolonga hasta nuestros días.

Existen suficientes evidencias arqueológicas, mitológicas y antropológicas para asegurar sin miedo a equivocarse que en aquel tiempo los europeos entendían a la naturaleza como sagrada y que las primeras sociedades humanas estuvieron basadas en la fraternidad y el apoyo mutuo.

LUR **********************************************************************

Para los antiguos vascos, como para otros arcaicos pueblos de la Tierra, ésta ni era redonda, ni giraba alrededor del Sol.

Se creía que LURRA (la Tierra) era un lugar plano e ilimitado, que se extendía en todas las direcciones. Sus confines eran infinitos y ni siquiera EGUZKI (el Sol) escapaba a la extensión del mundo.

Igualmente se pensaba que en el interior de la Tierra hay regiones subterráneas por las que fluyen ríos de leche y miel, y/o infernales torbellinos de lava incandescente. Inaccesibles para el hombre y habitadas por las almas de los antepasados difuntos, genios subterráneos y otros seres fabulosos, estas regiones comunican con el exterior a través de las simas y cavernas (como la cueva de Amboto y otras muchas). De estos conductos surgen algunos de los fenómenos naturales como las nubes de tormenta y los vientos huracanados.   También se decía que alberga tesoros en sus grutas, como pellejos de buey llenos de oro, probablemente por la vieja costumbre de arrojar monedas y objetos valiosos a la entrada de las cuevas en señal de ofrenda y adoración a Ama-Lur.

La superficie de la tierra, se creía, es movediza, unas comarcas ascienden mientras que otras bajan, y muchas montañas crecen como si fueran seres vivos. También se creía que algunas peñas destacadas eran transportadas por gigantes mitológicos.

Cuando anochece, el EGUZKI se sumerge en los mares bermejos o rojizos del ocaso (Itxasgorrieta), donde regresa a las entrañas de su madre Tierra. Espacio importante lo ocupan los mitos solares, los lunares y los relacionados con el cielo.

LURRA es la madre de EGUZKI e ILARGI (la Luna), morada de númenes y almas y fuente de toda vida. EGUZKI e ILARGI son auténticas divinidades a las que se saluda con un “agur”, a modo de oración,cuando se introducen en Itxasgorrieta para continuar su rumbo por las regiones subterráneas, junto con los demás astros de OSTRI (el cielo).

La tierra sería entonces, la diosa LUR, que bien pudo preceder o dar origen al culto a MARI, como su representación.

La montaña era sagrada para nuestros primitivos antepasados. Se supone que en las cotas más altas de nuestro relieve se efectuaban rituales de culto astral, razón por la que las primeras ermitas se erigieran en aquellos lugares con el fin de neutralizar los arraigados cultos idolátricos de los gentiles. No es casualidad el que muchos yacimientos prehistóricos, incluyendo dólmenes y cromlechs ª, estén en zonas montañosas.

La Iglesia en el largo proceso de implantación definitiva, que dura siglos en Euskal Herria, sigue la doble política de oponerse directamente a unas costumbres y actuaciones que considera sacrílegas, como la brujería y adoptando otros hábitos y cultos, a los que transforma acorde a sus intereses, como el Carnaval (“Ihauteriak”) y  la sagrada montaña. En el más puro sincretismo religioso, se sacraliza Aralar con el milagro de Teodosio de Goñi y el culto a San Miguel, aparece la virgen de Aranzazu en Aizkorri, se peregrina a San Antonio de Urkiola y muchos sitios más.

EGUZKI *******************************************************************

Hija de Ama-Lur. Algunas costumbres que han perdurado hasta nuestros días hacen pensar que, al igual que en gran parte de las culturas antiguas, EGUZKI fue adorado como divinidad femenina (deificado) por ser dador de vida y, como tal, venerado. Buscando su bendición, los dólmenes prehistóricos están mirando a Oriente, es decir, a EGUZKI, al igual que la fachada de los caseríos, la cabecera de los enterramientos, etc.

EGUZKI como divinidad tiene gran poder sobre los espíritus nocturnos, sorginak, lamias y similares. Cuando desaparece en el interior de LURRA, oscurece en la superficie, pero EGUZKI sigue alumbrando en las regiones subterráneas. Se dice que el día es para los hombres que viven en la superficie, mientras que la noche pertenece a los espíritus o “irelus” nocturnos, y a las almas de los difuntos para las cuales alumbra ILARGI.

La aceptación por los vascos de éste “sol en movimiento giratorio” (Lauburu) es probablemente debido a la fascinación idolátrica que hacia el Sol o Eguzki ha tenido el vasco desde el origen de los tiempos. Su utilización viene de la creencia de que el Sol ahuyenta el influjo del mal, al acabar con la noche, que es tiempo de las almas de los muertos y genios malignos, como Gaueko ó Gisotzo.

Despliega su mayor protagonismo durante las fiestas del solsticio, sobresol” ó hijo del sol.

ILARGI******************************************************************

El “lauburu” (cuatro cabezas), o Sol en rotación, símbolo perteneciente a la cultura aria e introducido por los celtas en Euskal Herria, es el principal símbolo vasco. Se ha descubierto que con anterioridad al Lauburu, existió otro símbolo o emblema, que fue la roseta  o rosetón romana, que representa un sol estático. 

Otro símbolo muy común es la EGUZKILORE, o flor del sol, es en realidad la flor del cardo silvestre. De evidente parecido con el Sol, es utilizada en la puerta de las casas como protección para ahuyentar a los malos espíritus y a las sorgiñak y también para evitar que el rayo caiga en la casa.

Hipótesis formuladas a finales del siglo XIX y principios del XX, coincidiendo con un despertar de todo lo relacionado con nuestra particular idiosincrasia  y con los escritores románticos vascos, nos hablan de un vasco primitivo como adorador del Sol. Asi, si “eguzki” es sol, “euskoa”, nombre original del vasco, bien podría significar “el del n> Representa el mito más ancestral, el más importante, incluso más que el Sol o Eguzki y si éste es el ojo de la divinidad, Ilargi es su propia cara. Hija también de Ama-Lurra, es creencia extendida que ILARGI (la luna), a la que también se le da carácter femenino, era venerada como la luz de los muertos, como su mismo nombre delata “hil argia”, que alumbra en las noches las almas de los difuntos.En muchos lugares es tratado con todo respeto como una especie de abuela. Desde tiempos remotos era conocida su proverbial influencia, según sus fases, sobre las mareas, la vegetación (el momento elegido para la siembra o el corte de los árboles) y los animales.

El viernes, estaba dedicado a ILARGI, siendo el día en que se suponía que se reunían las “sorginak” (brujas). Por eso había actividades que no se debían realizarse en viernes, como casarse, conducir el rebaño al monte, recoger la miel, etc. Sin embargo, había otras actividades para las que se tenía en cuenta la fase en la que se mostraba ILARGI, creciente, menguante, nueva, llena. Según eso se hacía leña, se mataba el cerdo, se cortaba el pelo, etc. Ignorar este hecho traía malas consecuencias. En el valle de Aezkoa, decían: “La leña hecha en creciente es de mejor llama y más ligera que la de la luna menguante”.

La fases lunares se empleaban, además,  para medir el tiempo, por lo que se emplea el mismo   -hil- para nombrar el mes.

ORTZI ***************************************************************

De influencia claramente indoeuropea, ORTZI (cielo) debió de ser la potenciación de la divinidad celeste,como el Júpiter latino, el Odín nórdico o el Wotangermano.

    Para los antiguos vascones era o Dios mismo o una divinidad de primer orden. Este genio es considerado el dios de las tormentas, que lanzaba contra los humanos cuando se enojaba con ellos.

También conocido como urtzi, ortz, ostri, …, los derivados de su nombre sirven para identificar muchos fenómenos naturales vinculados con el dios celeste, como las tormentas. Así los truenos son odei, ortzantz, ozkarri; los rayos y relámpagos son iñizitu, oaztargi, tximistarri y el arco iris ostadar, ortzadar, ortzeder.

De Ostadar, “cuerno o falo de Dios”,  el Arco Iris, existe la creencia  de que une el cielo y la tierra o el cielo y el mar, de ahí una de sus denominaciones más singulares: “itxasoadarra”.

Oneztarri, “piedra de rayo”, es el mismo rayo, considerado como una piedra o un  hacha de piedra, lanzada por Odei.

 
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Publicado por en 30/11/2013 en MITOLOGÍA VASCA

 

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II.- LA MAGIA

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La mitología del pueblo vasco se desarrolla en un entorno animista y mágico.

Gran parte de los seres que componen el mundo mítico están animados por espíritus o genios que trascienden la naturaleza humana.

La magia se basa en símbolos que representan a las cosas reales, y que se relacionan con ellas a través de la fuerza denominada ADUR. Todo lo que hagamos a los símbolos afecta directamente a las cosas que representan.

Veamos unos ejemplos:

Una vela de cera representa el cuerpo de una persona y su llama o luz, su espíritu.

La efigie de una moneda también puede representar a una persona. Retorcer una moneda y arrojarla al fuego lleva la intención de hacer daño a alguien.

El macho cabrio, Akerbeltz, es símbolo de salud, y es costumbre tener uno en el establo del caserío, junto al resto del ganado.

Llevar de colgante (“kutun” o amuleto) un diente de caballo, erizo o gato montés, puede favorecer la dentición del niño.

Las aspersiones o echar agua al interior de un pozo, sirven para llamar a la lluvia.

En el portal de una casa, un hacha con el filo hacia arriba evita que el rayo caiga sobre ella.

Los fuegos que se hacen la noche del solsticio de verano, el 24 de junio, también encierran una simbología. Se quemaba paja esperando que su combustión quemaría también a los enemigos de los sembrados.

Las cosas están vinculadas a sus nombres y, por lo tanto, los nombres son símbolos sonoros. La maldición, “birao” o ”birau” sobre un nombre, espera influir sobre la cosa a que hace referencia.

La maldición se hacía mediante palabras imprecatorias, gestos o símbolos. “Ospinak erre baindu”, significa que el rayo te queme. También se creía que hay momentos del día mas propicios que otros para lanzar las maldiciones, en algunos pueblo dicho momento era el mediodía. Es corriente creer que el “birau” introducía en el cuerpo de la victima unos genios maléficos llamados “gaixtoak” (los malos). “Azti”, era el adivino o mago, que veía las cosas ocultas y conocía el futuro mediante formulas y procedimientos cabalísticos. “Azti”, busca conseguir los efectos deseados, movilizando Adur, la fuerza que une las cosas a sus símbolos.

El embrujo es “sorguinkeri” y el mal de ojo “beguizko”.

NOTA DEL AUTOR: Este apartado tengo intención de desarrollarlo con más contenido, en un futuro cercano.

 
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Publicado por en 29/11/2013 en MITOLOGÍA VASCA

 

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INTRODUCCION AL MITO

Aclaremos que pudiera parecer lógico que este capítulo encabezara nuestro pequeño trabajo. Si los incluimos al final es debido a que puede resultar más árido y no he encontrado otra forma más sencilla de explicar con un mínimo de rigor un tema de por si difícil, dejando claro que el objetivo fundamental de este escrito es acercar a los lectores, estos entrañables personajes que forman parte inseparable de nuestro ser como pueblo. Quede aquí para aquellos que deseáis saber algo más sobre el concepto del mito.

Mito (del griego “mythos”) significa palabra, y no sólo palabra, sino acceso mismo al nivel de la palabra. El diccionario nos dice del término “Mito”: ficción alegórica, generalmente religiosa, con tal fuerza creadora e incluso mágica, que impregna al pueblo que lo crea, rigiendo su vida y conducta. Hace mucho se dijo que los mitos son los sueños de los pueblos, el soporte básico, junto con el idioma, de su cultura. Para nuestros antepasados prehistóricos relatar hechos que escapaban de su experiencia personal y de su comprensión resultaba un imposible, no conocían otro camino que mitificar, su forma válida de interpretar la realidad. El mito no es una forma degradada de conocimiento, ni pura elucubración caprichosa, sino más bien, una posibilidad más de la mente humana en su proceso de concienciación. Es una abstracción de la realidad y, como tal, un producto específico de la inteligencia, un salto cualitativo del pensamiento, que sistematiza e instrumentaliza las experiencias e intuiciones.

El mito nada tiene que ver con la fábula moralizante, mitificar no es fabular, no hay conseja moral en el mito. El mito pertenece a una categoría superior del conocimiento, sintetiza los esquemas mentales de un pueblo al margen de que lo narrado, realmente haya sucedido o no. El mito parte de un mundo concreto, carece de criterios estéticos, es sabiduría popular en estado puro, es el vehiculo verbal de lo trascendente. “Participación mystique” del grupo, del pueblo llano. Nuestros mitos conservan la fragancia de la espontaneidad. Sus númenes son personajes familiares, simpáticos, que se interfieren en la vida diaria de nuestros “baserritarak”, de nuestros “artzainak”. Sin la categoría poética de los clásicos griegos, resumen la filosofía arcaica de un pueblo, revelan la concepción que el hombre tenía del mundo y de las fuerzas de la naturaleza, así como del origen trascendente de las técnicas que iba descubriendo: el arado, el molino, la sierra, etc. Constituyen una verdadera codificación de la religión primitiva (precristiana) y de sabiduría práctica.

El mito no es obra de un autor individual, sea éste, poeta, novelista o dramaturgo, es saber colectivo y arranca de intuiciones o situaciones de la tribu y se transmite de forma anónima, al calor de la hoguera comunitaria. Al anochecer, los vascos paganos (Jentillak) pastores y cazadores, con un buen fuego encendido a la entrada de la gruta y con el clan sentado alrededor de éste, el jefe, brujo o anciano sabio, se levantaba y tomaba la palabra para interpretar algún suceso extraordinario acontecido durante la cacería del día, o alguna gesta de armas, ocurrida quizá hace tiempo, contra algún pueblo invasor y narraba en el lenguaje llano de nuestro idioma ancestral, lo acontecido. Lo inexplicable, según sus conocimientos, se atribuía a alguno de sus dioses ó númenes secundarios. Y, así, ese relato inicial de una persona se hacia saber colectivo y se repetía en ocasiones posteriores, quizá muchos años ó siglos mas tarde. En resumen, se hacia MITO.

Una oda poética tiene una estructura rígida, cuasi matemática, no se puede transformar sin que pierda toda su esencia porque todos los elementos que la componen están íntimamente concatenados. Un mito, es algo vivo se trasmite de generación en generación y cada vez que se relata se puede transformar, nutrir. Por otra parte, en este hecho estriba la dificultad para rastrear sus verdaderos orígenes. El universo mitológico euskaldún se compone de creencias, personajes míticos y leyendas que nos llegan de tiempos pretéritos, muy anteriores a la cristianización . Este pueblo que perdura con una cultura y un idioma propios desde los más remotos y oscuros orígenes de la vieja Europa, anterior a las invasiones indoeuropeas (2000 a1500 a.c.), ha ido creando un rico mundo mitológico con temas, indígenas unos, y otros foráneos que ha adaptado a su particular idiosincrasia. Pero, podemos afirmar, que la mitología de Euskal Herria, tanto como su lengua y su folklore, aun tomando elementos de importación, tiene características propias, autóctonas.

Transmitiendo de padres a hijos las leyes atávicas, las tradiciones más arcaicas, las leyes más primigenias y en definitiva todo el acervo cultural  que, junto con nuestro idioma secular, conforman la identidad de un pueblo, los vascos han amado más que a nada su libertad y esa fiera y terca determinación ha permitido a este pueblo llegar al siglo XXI, conservando lo esencial de su carácter, cuando prácticamente todos los pueblos y naciones de la vieja Europa son el resultado de migraciones e invasiones extranjeras. Claro esta que no sin heridas y pagando un alto costo. Este pequeño trabajo no pretende ser una tesis erudita sobre mitología, estudio que, por otra parte, no esta al alcance de este ignorante aficionado, sino una aproximación al tema. No se pretende otra cosa que, dar salida a una afición que viene de muchos años atrás, arropando y acercando a esos ilustres personajes representados en las acuarelas. He procurado recoger toda la información sobre el tema que hacen referencia a nuestro herrialde de “Busturialdea” y contornos cercanos, para acercar los relatos al lector. También he seleccionado las leyendas más populares y en su versión más próxima a nosotros. image

Aclaremos que muchos de los relatos  fueron contados por Matías de Aranaz, anciano despierto y prolijo narrador de Kortezubi a José Miguel de Barandiaran, hacia 1920-1925, que las recogió en sus escritos mientras realizaba excavaciones arquelógicas en la cueva de Santimamiñe del monte Ereñozar. De él cuenta Aita Barandiaran que no sabía leer, ni escribir, pero lo que queda claro es que contaba con una memoria prodigiosa, ¡vaya aquí nuestro rendido homenaje!. También se recogen narraciones de Tomás de Kobeaga, de Kortezubi, entre 1920, de José de Etxebarri, de Muxika, en 1924 y 1925 y de otros baserritarras de nuestro entorno.

Es evidente que faltan algunos personajes imprescindibles. Mari, la Dama de Amboto y las Lamiak no pueden faltar en esta exposición y no es que me haya olvidado de ellos. Son junto con Basajaun, mis personajes más queridos y tengo ideas para plasmarlos que me van a exigir más trabajo. Así que si Ama-lurra me da salud y Mari guía mi pincel, las podréis ver pronto, eso si no me encuentro antes con una Lamia ó con Gisotzo.

Permitirme acabar con esta cita de Carl Jung, este insigne psiquiatra suizo, colaborador de Sigmund Freud, que acuño el termino “inconsciente colectivo”:

Entonces tuve un momento de extraordinaria lucidez, en el cual abarque con la mirada el camino seguido hasta allí. Pensé: ahora  posees la clave de la mitología y tienes posibilidad de abrir entonces  todas las puertas que dan a la psiquis humana inconsciente. Pero entonces alguien susurro en mi: “¿Por que abrir todas las  puertas?”. Surgió entonces la cuestión de que era lo que yo había  logrado hasta entonces. Había explicado los mitos de los pueblos  primitivos, había escrito un libro sobre los héroes, sobre el mito en el  que desde siempre vive el hombre. “Pero, ¿en que mito vive el hombre  de hoy?”. “En el mito cristiano, podría decirse”. “¿Vives tú en el?”, me preguntaba.  Si debo ser sincero, no. No es el mito en el que yo vivo. “¿Entonces ya  no tenemos mito?”. ”No, al parecer ya no tenemos mito. “¿Pero cual es,  pues, tu mito, el mito en que tu vives?”. Entonces me sentí a disgusto y dejé de pensar. Había llegado al limite.. Carl Gustav Jung. “Recuerdos, sueños, pensamientos”

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[iii] Marija Gimbutas, (arqueologa e investigadora): “ la Diosa de la vieja Europa neolítica a pesar de personificar la unidad de todos los seres, fuerzas y ciclos de la naturaleza aparece representada de muy diversas formas (humanas y zoomorfas) y adoptando diferentes roles”. _________________________________________________________

BIBLIOGRAFIA:

  • “DICCIONARIO ILUSTRADO DE MITOLOGÏA VASCA”, Jose Miguel de Barandiaran. Obras Completas Tomo I, Biblioteca de la Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao, 1972.
  • “EUSKO-FOLKLORE”, Jose Miguel de Barandiaran. Obras Completas Tomo II, Biblioteca de la Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao, 1972
  • “LOS VASCOS, Mitos leyendas y costumbres”. José Dueso. Editorial LUR. Tomos I y V.
  • “LA PRIMITIVA RELIGION DE LOS VASCOS”, José Dueso. Egin Biblioteca. Colección Euskal Gaiak.
  • “LEYENDAS DE VASCONIA”, Carlos Clavería. Colec. Ipar. Editorial Gomez. Pamplona, 1982.
  • “EUSKAL HERRIKO PERSONAIA MITOLOGIKOAK”, Koldo Alijostes Bordagarai. Arabako Foru Aldundia.
  • “RITOS y MITOS EQUIVOCOS”, Julio Caro Baroja. Biblioteca de Estudios Críticos, Sección de Antropología.       Editorial ISTMO. Madrid, 1974.
  • “BRUJERIA VASCA”, Julio Caro Baroja. Editorial Txertoa. San Sebatián, 1982.
  • “LOS VASCOS”, Julio Caro Baroja. Ediciones Istmo. Colección Fundamentos. Madrid, 1971.
  • “CUENTOS Y LEYENDAS”. Resurrección Maria de Azkue. Egin Biblioteka.
  • “LOS VASCOS”, Julio Caro Baroja. Ediciones Istmo. Colección Fundamentos. Madrid, 1971.
  • ”MITOS Y CREENCIAS”. José María Satrustegi. Egin Biblioteka.
  • “LA HISTORIA VASCA DEL MUNDO “, Mark Kurlansky. Ediciones Del Bronce, 2003.
  • “LOS VASCOS EN LA ANTIGÜEDAD”, Juan José Sayas. Ediciones Cátedra. Madrid, 1994.
  • “ANTROPOLOGIA SIMBOLICA VASCA”, Andrés Ortiz-Osés. Anthropos, Editorial del Hombre. Barcelona, 1985.
  • “EL HOMBRE PREHISTORICO EN EL PAIS VASCO”, J. Maria de Barandiaran. Ediciones Vascas-Argiletxea, 1979.
  • “ETNOGRAFIA VASCA”. Telesforo de Aranzadi. Editorial Auñamendi Argitaldaria. Donostia, 1975.
  • “TIERRA Y GENTES”, Antxon Aguirre Sorondo. Ediciones Ttarttalo. Donostia, 2002.
  • “TRADICIONES Y LEYENDAS NAVARRAS”, Juan Iturralde y Suit. Roger Editor. Donostia, 2000.
  • “LEYENDAS DEL PAIS VASCO Y NAVARRA”, Editorial Labor. Barcelona, 1985.
  • “NAVARRA ENCANTADA”. José Dueso. Guías singulares Edit.
  • “LEYENDAS CELTAS”, María José Llorens Camp. EDIMAT LIBROS. Madrid, 1999.
  • “MITOLOGIA DE ASTURIAS”, Migual I. Arrieta Gallastegui. Ediciones Trea. Gijón, 1999.
  • “DIOSES Y HEROES GRIEGOS”, Blas Carmona. Editorial Labor. Barcelona, 1980.
  • “EL UNIVERSO, LOS DIOSES, LOS HOMBRES. El relato de los mitos griegos”. Jean-Pierre Vernant. Editorial Anagrama. Barcelona, 2000.
 
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Publicado por en 24/11/2013 en MITOLOGÍA VASCA

 

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SORGINAK y AKELARRES (Brujas y Akelarres)

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Empecemos aclarando la confusión existente en éste tema. Si bien hoy se conoce comúnmente por brujas o “Sorginak” a aquellas mujeres –u hombres, “Aztiak”—que habiendo pactado secretamente con el diablo, realizan diversas actividades perniciosas en su comunidad, también son brujas, dentro del folklore de Euskal Herria, algunos genios de nuestra mitología, muy anteriores a las famosas brujas de los akelarres en la Edad Media y que para mayor confusión han ocupado su misma área de influencia.  Simplificando, digamos que existen dos clases de brujas: la bruja histórica o sorgin-mujer y el genio primigenio sorgin-mito, sacerdotisa de Mari. La primera es una persona mortal, por lo común bautizada, que en un determinado momento de su vida se ha desviado del camino del bien (en la moral cristiana) llevando, a partir de ese momento, una conducta radicalmente opuesta a la predicada por la Iglesia.  Es creencia popular que una persona resulta bruja si, al bautizarla, se omite alguna palabra del ritual, comúnmente por parte del padrino. La segunda, el sorgin-mito, no es mujer ni ser humano, sino un genio mitificado por la mentalidad popular, un personaje ficticio y fantástico, una lamia ó hada mala, que bien puede realizar parecidas funciones que la bruja humana. He ahí la confusión, parecidos actos y una misma zona de influencia. Nos ocuparemos en este apartado de la bruja histórica, mujer y mortal, perseguida por la Iglesia y en muchos casos quemada en la hoguera.

Desde los primeros tiempos de la Edad Media, las brujas han ocupado un puesto destacado en la tradición oral vasca. Todo lo que sabemos de sus conciliábulos nocturnos o akelarres, es a través de los testimonios obtenidos mediante la tortura y el terror, en los procesos inquisitoriales en que eran juzgadas aquellas desgraciadas mujeres, acusadas de acudir (volando casi siempre) a reuniones extrañas y misteriosas que se celebraban en distintos lugares apartados de nuestra geografía y en las que se adoraban a Satán personificado en el macho cabrío. (vamos de la mano de Carlos Clavería Arza). (1)

Hasta tiempos muy reciente y durante siglos, la creencia en sorguiñas ha estado muy generalizada. Dentro de la tradición  vasca se les considera, al parecer, descendientes de las lamias mitológicas de los primeros tiempos. Era plena la convicción de que podían dañar, mediante conjuros y sortilegios, los campos, los animales y hasta las personas a las que querían perjudicar.

Hasta hace no muchos años no era infrecuente llevar amuletos de origen prehistórico, como dientes de caballo o erizo ensartados en forma de collar, para protegerse del mal de ojo. Estos amuletos, empleados con más frecuencia en los niños, se han encontrado en varios yacimientos prehistóricos.

Otro amuleto con virtudes protectoras sobrenaturales, era unos trocitos de carbón del siempre presente “llar”, que, metidos en una bolsa de cuero, se llevaban colgados del cuello. (seguimos de la mano de Carlos Clavería Arza).

Cualquier clase de males, incluso las tormentas, eran achacadas a las brujas, ya que se les consideraban con poder suficiente para desatar la fuerza de los elementos.

Probablemente la única faceta positiva del personaje la tenemos en el papel de curanderas, preparando emplastos y elixires. Con la mandrágora preparaban una droga muy útil para facilitar la fecundación en las mujeres estériles.  Una preciosa novela para introducirnos en el tema es “La Herbolera” de Toti Martinez de Lezea.

Aclaremos que la palabra del euskera “akelarre” (aker= macho cabrío, larre= prado), literalmente “prado del macho cabrio”, hoy formando parte del léxico castellano (gracia otorgada por la Real Academia de la Lengua Española), proviene del nombre toponímico de un prado a la entrada de la famosa cueva “Akelarren-leze” de Zugaramurdi (Nafarroa), donde se celebraban las citadas bacanales orgiásticas e irreverentes y que, por extensión, adquirieron la denominación del prado donde se celebraban.

Existe otra teoría con menos fuerza, que afirma que el término proviene de “akela”, un tipo de hierba muy abundante en la Navarra Atlántica y “larre” –prado—con lo que akelarre vendría a significar “prado de akela”.

Estos akelarres se celebraban, preferentemente, los lunes, miércoles y viernes, según el Auto de fe de Logroño (1610) que juzgaron a las supuestas brujas de Zugaramurdi.  En Kortezubi  se cree que sólo se celebraban los viernes, entre la medianoche y el canto del gallo.

En la entrada de la cueva de Zugaramurdi, a pequeña altura sobre el piso del mismo, se abre en el muro un boquete a modo de ventana, que, según dicen los vecinos de aquella localidad, era la cátedra donde el diablo, en figura de macho cabrío ó Akerbeltz, recibía a los brujos y brujas. En el piso llano del portal y del vestíbulo, formado por un relleno de tierras y piedras que contiene restos de hogares prehistóricos y cascos de vasijas de barro de remotas edades, se reunían los devotos de Aker, para tributarle su culto: adoración, ofrendas, rendición de cuentas, aceptación de mandatos, etc.

Durante la celebración, parodiando la misa, se adoraba a Akerbelz ofreciéndole pan, huevos, dinero y según la leyenda se le besaba en las posaderas ó cuartos traseros en señal de respeto y sumisión. Se comía y bebía (sospecho que en exceso) y se bailaba alrededor de la hoguera, bailando éste con las sorguiñas. Finalizaba el jolgorio en una especie de orgía que incluía sexo y alucinógenos, en el que participaban todos los asistentes.

Al finalizar el akelarre, los participantes tornaban a sus respectivas moradas con el ánimo exaltado y la firme intención de obedecer los mandatos del genio.

“Gaueko”, tan activo otras veces a esas horas tardías, con estos, ni rechistar.

Más de quince lugares de este culto, donde se celebraban akelarres, se señalan en tierras de Vasconia. Y no penséis que todos ellos fuera de nuestro entorno, “Akerlanda” es un paraje de Gautegiz-Arteaga, en el que se dice, antaño, se reunían las brujas de los alrededores en akelarre, existe un lugar llamado “sorginzilo” en Morga, en “Eperlanda” de Muxika se celebraban reuniones de brujas, al igual que en “Etxabastxuko-landa” de Murueta. “Sorgingastañeta” –castañal de las brujas—es el nombre de una explanada situada cerca del caserío Zatika en Ispazter. En la zona de Gernika, el nombre común de los prados donde las brujas tienen sus asambleas es “eperlanda” (Eusko-Folklore, octubre de 1922).

    «Llaman «Eperlanda! en los contornos de Guernica a los sitios en que, según se dice, celebran sus reuniones las brujas. En el relato que voy a apuntar se trata de Eperlanda de Muxika (Bizkaia); así me lo advirtió el anciano que me refirió ésta y otras leyendas de Kortezubi.

   Eran brujas madre e hija. Tenían ∫ un ∫ criado para trabajar. Con frecuencia salían, las noches de viernes, muy bien peinadas. Cuando el criado las veía así preparadas, las acechaba. Solían tener debajo del fogón su untura en un pucherito, y frotándose las piernas con esta untura y diciendo: por encima de las ∫ cosas ∫ pequeñísimas y por debajo de las grandisimas, se marchaban. En cierta ocasión en que ellas se marcharon, el criado se untó también; más por haber oído mal lo que las otras mujeres dijeron, éste dijo: por debajo de las ∫ cosas ∫ pequeñísimas y por encima de las grandisimas.                                                                                                 Fuese por debajo de todas las zarzas y por encima de árboles grandes, completamente llagado, a Eperlanda de Muxika. Allí estaba Lucifer su ∫ de los brujos ∫ señor. Ellos tenían allí por costumbre dar un beso a Lucifer en el c… Todos lo hacían uno por uno. Al criado le impusieron el nombre de Sorgiñbarri (brujo nuevo). Este había llevado una lezna de coser albarcas bien afilada. Cuando fue a besar, metió esta lezna a Lucifer. Este le dijo: Sorgiñbarri, tienes barbas rígidas.                                                                                                   Al ver el muchacho tamaña función, dijo: ¡ Jesús y Credo, que c… más negro ! Al oir esto, todos se escaparon.                                                                                                                                                     Volviéronse a casa madre e hija; también el criado. Este dio parte de lo que pasaba al Párroco. El Párroco llamó a ∫ su ∫ casa a madre e hija, y les convirtió.

Contado en 1920 por Matías de Aranaz, de Kortezubi. (2)

La brujería vasca de los siglos XVI y XVII adoraba a Akerbeltz como el diablo, pero estos hechos son tan solo un capítulo pasajero. Dos de los más cruentos episodios protagonizados por la Inquisición han tenido lugar en Euskal Herria: los procesos de Logroño contra la llamada “secta de las brujas de Zugarramurdi” y el de Bayona en Iparalde.  La  información que nos proporciona estos autos de la Inquisición (Zugaramurdi, Durango, etc.) apuntan  a que se trataba de un movimiento clandestino que buscaba mantener las viejas creencias, relacionadas con la espiritualidad de la naturaleza, en oposición a la cristianización impuesta, que buscaba acabar con esas prácticas ancestrales. Y también contra el estado social vigente en la época, léase ocupación castellana. Más o menos como ahora, ¡ pero sin akelarres !.

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El juez Pierre de Lancre, fanático y sanguinario, el más furibundo cazador de brujas de Iparralde, en su « Tableau de I´Inconstance des Mauvais Anges et Démons »:

         “Delante de sus devotos celebra una ceremonia parodiando la misa cristiana. En el ofertorio los asistentes vienen a adorarle y ofrecerle pan, huevos y dinero. Les predica luego y continúa la misa. Les administra unas formas a modo de comunión; les hace sentarse a la mesa, donde se sirve carne humana; alumbra la sala con dos cuernos repletos de pez; baila luego con las brujas y bailan todos los asistentes al son del tamboril; después los brujos de ambos sexos, enardecidos, van a poner en práctica los maleficios, alumbrando el camino con brazos (huesos) de niños muertos sin bautismo. (3)

            “Ni los juicios de De Lancre en St. Jean de Luz ni el Tribunal de Logroño dejan entrever ni un ápice de cinismo. Todas las pruebas indican que se dio crédito incluso a algunas de las patrañas más fantásticas relatadas por los testigos y en las confesiones.  …/…

A pesar de la inverosimilitud de muchas de las acusaciones, sorprende hasta qué punto se les dio crédito.      …/…

             Pío Baroja, intentó explicar porque había tantas (brujas entre los vascos). Apuntó que acaso se produjera una combinación de creencias vascas precristianas y un movimiento de rebelión contra la Iglesia.

              De Lancre, se hizo la misma pregunta que Don Pío, pero llegó a otra conclusión:

                Es un país de manzanas: las mujeres no comen más que manzanas, no beben más que zumo de manzana (sidra), y por ello ofrecen con tanta frecuencia un mordisco de la manzana prohibida” (4)

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  (1) LEYENDAS DE VASCONIA , Carlos Clavería Arza,  Colección Ipar,Editorial Gomez, Pamplona 1982, pág.         59                                                                                                                                                     (2) OBRAS COMPLETAS DE J. M. DE BARANDIARAN, Tomo II. «Eusko-Folklore», pág. 75, 76.                   (3)  Idem., pág. 22                                                                                                                                   (4)  “LA HISTORIA VASCA DEL MUNDO”, Mark Kurlansky. Ediciones del         Bronce, 2003. Pág. 101 y               102.

 
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Publicado por en 22/11/2013 en MITOLOGÍA VASCA

 

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