Sobriedad cromática, armonías melancólicas ó sombrías, vigor expresivo, solidez constructiva, son la huellas perceptibles del arte vasco que persigo en mi pintura. Lo sustancial del espíritu vasco, su fondo íntimo, requiere de formas de expresión mas profundas que vibrantes y colorístas. La ondulación cásica es ajena a lo vasco, su ritmo es quebrado, anguloso y escueto, como el perfil de nuestros montes.
Una gama cromática amplia y densa y con una sólida arquitectura de líneas y masas. Colores con matices de densa apariencia terrosa en la pintura al óleo.
En la acuarela, busco una visión poderosa, personal, de lo que ésta puede hacer si se la maneja sin convencionalismos o castrantes apriorismos mentales. La acuarela busca hacernos olvidar el agua que arrastra el pincel, tomando bríos de óleo, en un ejercicio de agilidad, tacto y repentización. Con pincel firme, sin miedo al error irremisible y fatal.
Los motivos, aquellos que anidan en mi corazón y pueblan mis sueños. Peinando olas en la mar, rastreando viejos veleros y motoras en puerto, escudriñando viejos rincones, irreductibles al paso del tiempo, en la madre «Gea».
Buscando siempre la autenticidad, huyendo del estereotipo, y del folklorísmo, a veces sin conseguirlo. ¡ETERNA Y ENDIABLADA BUSQUEDA!
. Julen…